Redacción. En una votación sumamente reñida, el Senado de Estados Unidos aprobó este martes el ambicioso megaproyecto de ley fiscal y de gasto propuesto por el presidente Donald Trump.
El paquete incluye recortes masivos de impuestos, aumentos en seguridad nacional y una fuerte reducción a programas de asistencia federal.
El proyecto fue aprobado con una votación de 50 a 50, y fue necesario el voto de desempate del vicepresidente J. D. Vance, quien acudió al Capitolio para romper el empate, otorgando la mayoría a los republicanos.
Votación dividida y tensiones internas
Tres senadores republicanos —Rand Paul, Susan Collins y Thom Tillis— votaron en contra del proyecto, sumándose al rechazo unánime de los demócratas.
La aprobación llegó tras más de 24 horas de intensas negociaciones internas dentro del Partido Republicano, que enfrentaba divisiones y resistencia en su propia bancada.
El presidente Trump, quien se encontraba en una actividad oficial en Florida, reaccionó con entusiasmo al conocer el resultado:
“¡Vaya, música para mis oídos!”, exclamó. “Este es un momento determinante que demuestra que me preocupo por ustedes.”
También elogió al vicepresidente Vance, a quien describió como “un hombre que está haciendo un buen trabajo.”
El proyecto regresa a la Cámara
A pesar del avance en el Senado, el proyecto aún debe ser aprobado en la Cámara de Representantes, que ya había votado una versión distinta de la ley.
Ahora, deberá deliberar sobre la versión modificada por el Senado, lo que representa un desafío debido a las divisiones internas entre republicanos.
Los líderes del Congreso, John Thune en el Senado y Mike Johnson en la Cámara, trabajan a contrarreloj para que la legislación llegue al escritorio de Trump antes del 4 de julio, cuando se espera una firma simbólica como parte de las celebraciones por el Día de la Independencia.
Concesiones clave y presiones de última hora
El camino hacia la aprobación estuvo lleno de obstáculos. El senador Thune, junto con Vance y otros líderes republicanos, pasó el fin de semana negociando con miembros reticentes como Lisa Murkowski, a quien se ofrecieron disposiciones específicas para beneficiar a su estado, Alaska.
Aunque no todas las concesiones pasaron el filtro del reglamento del Senado, los líderes lograron asegurar su apoyo.
Uno de los elementos más controversiales fue el recorte a la red de seguridad federal, incluidos cambios a Medicaid y cupones de alimentos, lo que ha generado preocupación entre organizaciones sociales y legisladores de la oposición.
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Una carrera contra el tiempo
Con el receso legislativo en curso, muchos representantes se encuentran fuera de Washington.
Sin embargo, fuentes del Partido Republicano aseguran que están preparados para movilizar a los congresistas y lograr la aprobación definitiva en la Cámara esta misma semana.
De concretarse, esta sería la primera gran victoria legislativa del nuevo mandato de Trump, consolidando su influencia en el Congreso y reafirmando su control sobre la bancada republicana.