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miércoles, julio 2, 2025

Según la psicología, esto significa que alguien interrumpa todo el tiempo

Redacción. Interrumpir constantemente en una conversación puede parecer una falta de educación, una señal de egoísmo o incluso un intento de imponer la propia voz.

Sin embargo, la psicología ofrece una visión más profunda y matizada de este comportamiento, apuntando a factores sociales, emocionales y neurológicos que lo explican.

De acuerdo con un análisis publicado por la revista Psicología Social, muchas personas interrumpen no por mala intención, sino por una respuesta automática del cerebro al flujo conversacional.

En muchas ocasiones, la interrupción responde a un fenómeno conocido como ansiedad conversacional o miedo a olvidar lo que queremos decir.

Nuestro cerebro, al escuchar, activa múltiples procesos simultáneamente: anticipa lo que viene, relaciona ideas con experiencias previas y decide si tiene algo valioso que aportar. Esta “urgencia de intervenir” puede ser tan intensa que interrumpimos sin darnos cuenta.

Desde un enfoque neuropsicológico, se explica que el lóbulo temporal interpreta el lenguaje mientras otras regiones cerebrales preparan una respuesta, provocando que pasemos de la escucha activa al habla sin pausas.

A esto se suma la memoria de trabajo, la cual tiene una capacidad limitada y puede hacer que temamos olvidar un pensamiento si no lo decimos de inmediato.

Esta sensación se agudiza en personas con altos niveles de ansiedad o en situaciones grupales como reuniones o debates.

Las consecuencias sociales y profesionales de interrumpir

Aunque a nivel cerebral interrumpir pueda tener una explicación, en la práctica puede traer consecuencias negativas.

En entornos personales, como relaciones de pareja o entre amigos, las interrupciones frecuentes pueden generar frustración, sensación de desinterés y daño emocional, según señala el Instituto de Bienestar de Berkeley.

Sentir que no se respeta el turno de palabra puede hacer que el interlocutor se cierre y deteriore la comunicación.

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En el ámbito laboral, la situación puede ser aún más delicada. Interrumpir durante reuniones o exposiciones puede percibirse como un comportamiento poco profesional, afectando la imagen de quien lo hace, y proyectando desconsideración o falta de empatía.

Por eso, los especialistas recomiendan trabajar la escucha activa como una herramienta clave para mejorar la calidad de nuestras interacciones y evitar malentendidos innecesarios.

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