Investigadores de la Universidad Estatal de Colorado (CSU) han pronosticado una temporada de huracanes en el Atlántico para 2025 con una actividad superior al promedio histórico.
Según el informe publicado el 3 de abril de 2025, se anticipa la formación de 17 tormentas con nombre, de las cuales nueve podrían convertirse en huracanes y, entre estos, cuatro alcanzarían categorías mayores (3, 4 o 5 en la escala Saffir-Simpson).
Estas proyecciones superan el promedio registrado entre 1991 y 2020, que contempla 14 tormentas con nombre, siete huracanes y tres huracanes mayores por temporada.
Aunque las cifras previstas para 2025 son ligeramente inferiores a las de 2024, los expertos indican que la actividad continuará por encima de los niveles típicos.

Factores climáticos que contribuyen al aumento de la actividad
El equipo de CSU señala que las temperaturas de la superficie del mar en el Atlántico tropical y el mar Caribe se mantienen por encima del promedio, lo que incrementa la energía disponible para la formación de ciclones tropicales.
Además, se espera que las actuales condiciones de La Niña en el Pacífico ecuatorial transiten hacia un estado neutral en los próximos meses.
Esta variabilidad en el fenómeno El Niño-Oscilación del Sur (ENSO) introduce un nivel adicional de incertidumbre en el pronóstico.

Probabilidades de impacto en áreas específicas
Si bien el pronóstico de CSU no especifica puntos de impacto, se estima que hay un 70% de probabilidad de que una tormenta con nombre pase a menos de 80 kilómetros de la costa de Texas.
Lo que representa aproximadamente un 10% más que el promedio histórico.
Las probabilidades para un huracán y un huracán mayor dentro de la misma distancia son del 44% y 19%, respectivamente, también por encima del promedio.
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Importancia de la preparación ante la temporada de huracanes
Expertos enfatizan la necesidad de preparación, señalando que incluso una sola tormenta puede tener consecuencias significativas.
La temporada de huracanes en el Atlántico se extiende del 1 de junio al 30 de noviembre, y se recomienda a las comunidades costeras mantenerse informadas y preparadas para posibles impactos.
El equipo de CSU continuará monitoreando las condiciones atmosféricas y oceánicas, y actualizará sus pronósticos conforme se acerque el inicio de la temporada.