San Pedro Sula, Honduras– Un objeto artificial identificado como el satélite Cosmos 482, lanzado en 1972 por la extinta Unión Soviética, podría reingresar a la atmósfera terrestre en los próximos días, según advirtió la Sociedad de Astronomía del Caribe (SAC).
El artefacto ha permanecido a la deriva durante más de cinco décadas tras un fallo que le impidió cumplir su misión original rumbo a Venus.
El satélite, que forma parte de una serie de misiones espaciales soviéticas de la década del 70, tenía como objetivo el estudio del planeta Venus.
Sin embargo, un fallo en su sistema de propulsión impidió que abandonara la órbita terrestre, y desde entonces ha permanecido girando alrededor del planeta como un objeto inactivo, o “escombro espacial”.
De acuerdo con la SAC, el aparato podría reingresar a la atmósfera entre el 8 y el 11 de mayo, aunque la ubicación exacta de su caída no ha podido ser determinada.
En un comunicado publicado en sus redes sociales, la entidad advirtió que Cosmos 482 “pudiera alcanzar la superficie sin desintegrarse totalmente”, lo que aumenta el nivel de atención sobre su trayectoria final.
El fenómeno del reingreso de objetos espaciales no es raro. La Tierra recibe constantemente el impacto de fragmentos naturales, como pequeños meteoritos, que se desintegran en la atmósfera creando las conocidas “estrellas fugaces”.
Sin embargo, los restos tecnológicos en desuso, como satélites y partes de cohetes, representan un riesgo más complejo, ya que algunos fragmentos pueden sobrevivir al descenso.
En la actualidad, existen miles de objetos en órbita que ya no están operativos. Telescopios, partes de misiones espaciales y satélites de comunicación inactivos forman parte de la creciente problemática del “basura espacial”, que representa un riesgo tanto para misiones futuras como para la seguridad terrestre.
Las autoridades de monitoreo espacial internacionales se mantienen en alerta para actualizar la información sobre Cosmos 482 y su posible trayectoria.
Mientras tanto, el caso reabre el debate sobre la necesidad de mejores estrategias para manejar los residuos tecnológicos en órbita y evitar eventos potencialmente peligrosos en el futuro.