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Honduras
viernes, marzo 29, 2024

¿Qué hace Mel Zelaya?

Por Carlos Alvarenga
Abogado y MAE
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¿Qué es lo que hace el asesor presidiendo una reunión de comité de emergencia nacional? ¿Qué hace un asesor votando en un consejo de ministros? ¿Qué hace revelando secretos de Estado?

Sabíamos a ciencia cierta, sin dejar ningún un espacio a la más pequeña duda, que José Manuel Zelaya sería el de la toma de decisiones, pero nunca nos imaginamos que sería de una forma tan descarada e, incluso, ilegal.

La presidenta Iris Xiomara Castro Sarmiento es, a mi parecer, una señora honorable, educada, decente, incluso, muy a pesar de lo que digan muchos, me gusta cómo habla, cómo se dirige al público, aunque le escriban los discursos.

Lo que siempre mencioné con un punto en contra de ella, en mis artículos o en mi programa de televisión, es que no es una política en el buen sentido de la palabra, es decir, un personaje público con presencia constante. Ella desaparecía largos períodos de tiempo, no se manifestaba sobre los temas relevantes de nuestra realidad nacional, no aportaba planes, ni ideas, no tenía ningún contacto con la bancada de su partido ni mucho menos dirigía la labor legislativa como supuesta lideresa. No participaba en foros de debate. Esa falta de protagonismo en política era lo que nos llevaba a concluir que sería su esposo, no ella, quien en verdad gobernaría.

El problema es que no nos equivocamos.

¿Qué hace José Manuel “Mel” Zelaya Rosales presidiendo reuniones de ministros? ¿Qué hace Mel desvelando información confidencial en esos dimes y diretes con Salvador Nasralla? ¿Por qué se reúne con la etnia lenca y los manda a volar de forma irrespetuosa? ¿Qué hace coordinando un comité de emergencia nacional? ¿Por qué vota cual ministro en sesión de secretarios de Estado? No tiene ningún fundamento, ¡es más!, estamos presenciando el delito de usurpación de funciones.

Como absoluto mandamás de Libre, puede perfectamente dirigir su partido, opinar como líder y guía máximo de los rojinegros, organizar sus bases, emitir opiniones sobre el acontecer nacional, pero como asesor no.

Por ejemplo, eso de decirle a Salvador Nasralla que “Xiomara” le dio 12 millones, como si fuera dinero de ella, como si se los sacó del bolso con el que va al supermercado, es un absurdo total. Es dinero público y, se supone, presupuestado para los designados, aparte que son secretos de Estado.

Por otra parte, el discurso que leyó la presidenta de los hondureños en la Asamblea General de la ONU, es un discurso elaborado por la misma mano de Mel Zelaya; fue escuchar el mismo sonsonete del olanchano. ¿Alabar a Venezuela y Cuba? ¡Habrase visto! Solo en la mente del expresidente puede concebirse tan desacierto.

De todo esto surge la pregunta, ¿qué es lo que en verdad quiere el exmandatario? Cuando manda a decir ante la comunidad internacional que la estrella polar de su partido en el gobierno es el chavismo y el castrismo, no hay mucho qué pensar. Su plan, entonces, es convertir el sistema político hondureño en una réplica de esas dictaduras con todas y sus calamidades.

El pueblo que apoya a Libre aspira a un verdadero cambio: un país libre, soberano, sin represión, en el cual no haya pobreza porque a los menos poseídos se les auxilia y ayuda, y se les vuelve fuertes, independientes. Un país donde no hay más miseria, la educación es gratuita y de primer nivel, la salud es para todos y con los más altos estándares internacionales. No hay multinacionales depredadoras, los sueldos son justos, las elecciones no son amañadas, las personas pueden expresar su opinión sin correr el riesgo de terminar presos, pero, ¡perdón!, con todo eso estamos describiendo a Dinamarca, Suecia, Suiza, no a Venezuela, ni mucho menos a Cuba.

Allí radica el error, de ellos: creer que Mel Zelaya nos lleva al país que ellos sueñan, cuando es todo lo contrario.

Finalmente, no es digno ver a nuestra clase política en actitudes tan inapropiadas. Hablar de que si aquél la fuma verde, defender a un ministro que es un patán, seguir desgañitándose con la misma cantaleta de que los grupos de poder, los medios tarifados y los intereses oscuros. ¡Bah! Nada de eso resuelve nuestros problemas.

Ahora es cuando José Manuel Zelaya Rosales debe mostrar su liderazgo: el país está en crisis con la inflación, la delincuencia, las inundaciones, deslaves, derrumbes, etc. Ahora es que lo queremos ver actuar. Si no, será más de lo mismo, y quizá mucho peor.

 

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