LLUVIA de especulaciones de los sin oficio en las redes –citando ya sea las profecías de Nostradamus o de Malaquías– sobre el cónclave de la elección papal. Aunque ninguno menciona explícitamente ninguna profecía invocando la elección de un papa en un futuro cónclave, las interpretaciones no se han dejado esperar. Por ejemplo, conjeturan que “algunas de sus visiones podrían aludir simbólicamente a crisis en la Iglesia católica y a la figura de un “papa misterioso” o de un pontífice que enfrentará grandes tribulaciones”. Aparece este verso como especulación de “un cambio repentino en el papado, o a una sucesión que cause controversia”: “Después del asiento será el Papa desechado,/ su gran peso por algunos rechazado,/ ligera y brusca será su remoción,/ otro será puesto, y más grave será su carga”. (¿Qué sacás –entra el Sisimite– de esas presunciones? -Parecido –comenta Winston– a las teorías de conspiración de ahora. Nostradamus escribió en un lenguaje deliberadamente críptico y simbólico, lo que permite que muchos de sus versos sean acoplados a distintos acontecimientos posteriores).
(Bueno pues –vuelve el Sisimite– yo anduve cuando San Malaquías sacó sus vaticinios. “San Malaquías, arzobispo irlandés del siglo XII, sacó una lista de 112 lemas latinos que presuntamente describen a cada papa desde Celestino II (1143) hasta el último”. Veamos qué ilustra la IA sobre este intríngulis. El lema del último papa es: “In persecutione extrema S.R.E. sedebit. Petrus Romanus…”. “En la última persecución de la Santa Iglesia Romana se sentará Pedro el Romano, que apacentará su rebaño entre muchas tribulaciones; tras lo cual, la ciudad de las siete colinas será destruida y el Juez terrible juzgará al pueblo. Fin”. Este “Pedro el Romano” sería el último papa antes del fin de los tiempos o al menos de un colapso eclesiástico. -Pero hay exégetas contemporáneos –ilustra Winston– de esas profecías que asocian al Papa Francisco, siendo el número 112, con “Pedro el Romano”, dizque por su origen italiano y el título de obispo de Roma). (Hacemos la advertencia que “la autenticidad de estas profecías es cuestionada por historiadores, quienes sugieren que podrían haber sido redactadas en el siglo XVI con fines políticos. El Vaticano nunca ha reconocido oficialmente estas profecías”).
(Y aquí –regresa el Sisimite– otras cuartetas de Nostradamus: “Al occidente un gran hombre será electo,/ que perseguido por la envidia no cumplirá su cargo./ Por un pueblo sencillo su sede será vacante,/ traicionando a su reino con un acto amargo”. (Algunos ven aquí al primer papa no europeo. “En el siglo XX, se asoció al “Papa Juan Pablo II” (polaco, “occidente” para Francia), pero hoy se reinterpreta como un posible papa africano o latinoamericano”). «Del hombre de sangre el más vil subirá al trono,/ por favor del clero será elevado./ Su lengua dulce y el alma traidora, / en el reino del Sur será desolado”. (La frase «reino del Sur» se ha ligado a África o Sudamérica, y “hombre de sangre” a “un líder de origen humilde o étnicamente distinto”). “El rey moreno vestido de escarlata,/ irá a rendirse ante el gran Júpiter./ Después de la guerra, por el hierro y la llama,/ los inocentes masacrados por los bárbaros”. (“Moreno» (del francés “Brun”) “se interpreta como piel oscura, aunque podría referirse a vestimenta, cabello o contexto geográfico (ej.: norte de África. Igual, el Superior General de los jesuitas, es conocido así por su influencia y vestimenta negra). -Sí, eso cuentan que elucubraba –ilustra Winston– sin embargo, Nostradamus escribía metafóricamente con ambigüedad deliberada, usando términos como “moreno”, “negro” o “sur”, que pueden aludir “a geografía”, simbología (ej.: oscuridad moral) o eventos históricos ya ocurridos (como papas mediterráneos de tez más oscura)”. También dando pie a otra cosa que riegan los rumorólogos por las redes, la idea de un «papa negro» donde “países no europeos (como Brasil, Nigeria o Congo) aportan gran parte de los católicos”. -“La Iglesia no respalda las profecías de Nostradamus, consideradas adivinaciones contrarias al cristianismo” (Catecismo, 2116). -Que conste “la elección papal depende del cónclave, no de profecías, y los cardenales eligen basándose en necesidades pastorales, no en mitos”).