Bajo un sol implacable y temperaturas sofocantes, miles de trabajadores se volcaron este jueves a las calles de Honduras para conmemorar el Día Internacional del Trabajo y exigir al gobierno de Xiomara Castro respuestas concretas ante una creciente crisis económica y social.
José Dolores Valenzuela, presidente de la Federación de Sindicatos de Trabajadores (Fesitranh), calificó la jornada como una de las más concurridas en comparación con años anteriores.
“El pueblo se ha volcado a protestar, a pesar del calor tremendo. He visto más gente, más participación, más indignación», expresó Valenzuela.
Durante la manifestación, que se extendió por varias cuadras, las principales consignas giraron en torno a la exigencia de mejoras en el sistema de salud, educación de calidad, seguridad ciudadana, control de los precios de la canasta básica y empleos dignos con prestaciones laborales completas.
“La salud es prioridad. No hay medicinas en los hospitales. La gente está enferma y desnutrida. Las filas en el Seguro Social son interminables y la gente se muere esperando atención”, denunció el dirigente, quien también señaló que la falta de respuesta del gobierno ha incrementado el descontento popular.
Valenzuela también cuestionó duramente el cierre masivo de maquilas, pequeñas empresas y talleres, lo que ha resultado en la pérdida de empleos y el debilitamiento de varios sindicatos. “En 2022 perdimos cuatro sindicatos, y estamos a punto de perder otro.
Las invasiones de tierras y la falta de políticas para proteger el empleo han golpeado duramente al pueblo trabajador”, agregó.
En cuanto a la responsabilidad empresarial, Valenzuela hizo un llamado directo al gobierno para que se exija el cumplimiento de las leyes laborales.
“Hay empresarios que simplemente cambian de nombre a sus empresas para no pagar prestaciones. El gobierno debe velar por los derechos de los trabajadores y sentarse con todos los sectores a definir una estrategia de inversión y generación de empleo. Hasta ahora, eso no ha pasado.”
El líder sindical también se refirió al descontento político que se hizo evidente en la marcha, con consignas que apuntaban directamente a la presidenta Castro.
“El pueblo está desesperado, desnutrido, enfermo, sin empleo y sin esperanza. Y lo que más duele es que las promesas de campaña no se han cumplido. El mensaje fue claro hoy. Si no lo captan desde el gobierno, ya veremos qué pasa en las próximas elecciones”, concluyó Valenzuela.
La multitudinaria protesta, marcada por la indignación y el clamor popular, dejó en evidencia una creciente brecha entre las expectativas ciudadanas y la respuesta estatal.
El pueblo trabajador, una vez más, salió a la calle no solo para conmemorar su día, sino para exigir el cumplimiento de derechos fundamentales que siguen pendientes.
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