Ciudad del Vaticano – El recién electo pontífice sorprendió al mundo al elegir el nombre de León XIV, un gesto que ha generado diversas interpretaciones dentro y fuera de la Iglesia Católica.
La elección se dio a conocer tras la tradicional fumata blanca que anunció el término del cónclave, celebrado en la Capilla Sixtina.
De acuerdo con fuentes cercanas al Vaticano, el nuevo papa eligió el nombre en honor a León XIII, considerado el “Papa de los Trabajadores” por su encíclica Rerum Novarum de 1891, que sentó las bases de la doctrina social de la Iglesia.
Con este gesto, el sumo pontífice busca resaltar su compromiso con los derechos sociales y la justicia económica en un mundo marcado por la desigualdad.
El portavoz del Vaticano, monseñor Federico Lombardi, explicó que el papa León XIV también desea inspirarse en la figura de León I, también conocido como León Magno, quien defendió la doctrina católica contra las herejías en el siglo V y consolidó el poder papal en tiempos difíciles para la Iglesia.
«Es un nombre que refleja fortaleza, liderazgo espiritual y un llamado a la unidad», subrayó Lombardi.
Otro elemento simbólico en la elección del nombre es el contexto histórico actual. El papa León XIV, de origen latinoamericano, ha expresado en múltiples ocasiones su preocupación por la polarización social y la fragmentación dentro de la Iglesia.
Su nombre y legado
Su nombre refleja el deseo de tender puentes entre diferentes corrientes teológicas y culturales, promoviendo el diálogo como herramienta fundamental.
Los analistas vaticanos destacan que la elección del nombre también podría interpretarse como una respuesta a los desafíos contemporáneos, en los que la Iglesia necesita posicionarse frente a temas como la migración, el cambio climático y la desigualdad económica.
«León XIV busca ser un pastor fuerte en tiempos de crisis», explicó el teólogo italiano Giuseppe Ricci.
En sus primeras palabras como papa, desde el balcón de la Basílica de San Pedro, León XIV afirmó: «Heredo un nombre con historia y fortaleza. Mi misión es servir a los más vulnerables y renovar el espíritu de fraternidad entre los pueblos». Sus declaraciones fueron recibidas con entusiasmo por la multitud congregada en la plaza.
Se espera que en los próximos días el nuevo pontífice dé a conocer sus primeras acciones pastorales, orientadas a fortalecer la misión social de la Iglesia y promover el acercamiento con comunidades alejadas.
La elección del nombre León XIV ya ha dejado claro que su pontificado buscará equilibrar la tradición con la renovación pastoral.
El Papa Leon XIII vió y escuchó al demonio
Existe un relato, que no podemos certificar como cierto, pero que es verosímil, que dice lo siguiente:
El 13 de octubre de 1884, el Papa León XIII, experimentó una visión horrible.
Después de celebrar la Eucaristía, estaba consultando sobre ciertos temas con sus cardenales en la capilla privada del Vaticano cuando de pronto se detuvo al pie del altar y quedo sumido en una realidad que solo él veía.
Su rostro tenía expresión de horror y de impacto. Se fue palideciendo. Algunos dicen que se desmayó. Algo terrible había visto.
De repente, se incorporó, levanto su mano como saludando y se fue a su estudio privado. Lo siguieron y le preguntaron: ¿Que le sucede su Santidad? ¿Se siente mal?
El respondió: «¡Oh, que imágenes tan terribles se me han permitido ver y escuchar!», y se encerró en su oficina.
¿Qué vio León XIII? Dicen que luego dijo:
«Vi demonios y oí sus crujidos, sus blasfemias, sus burlas. Oí la espeluznante voz de Satanás desafiando a Dios, diciendo que él podía destruir la Iglesia y llevar todo el mundo al infierno si se le daba suficiente tiempo y poder.
Satanás pidió permiso a Dios de tener 100 años para poder influenciar al mundo como nunca antes había podido hacerlo.»
También León XIII pudo comprender que si el demonio no lograba cumplir su propósito en el tiempo permitido, sufriría una derrota humillante.
Vio a San Miguel Arcángel aparecer y lanzar a Satanás con sus legiones en el abismo del infierno.
Después de media hora, llamo al Secretario para la Congregación de Ritos. Le entrego una hoja de papel y le ordeno que la enviara a todos los obispos del mundo indicando que bajo mandato tenía que ser recitada después de cada misa, la oración que ahí él había escrito.
La oración es la siguiente:
Oración a San Miguel:
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha.
Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica.
Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas.
Amén.
Biografía de Robert Prevost, León XIV, nuevo papa nacido en EE.UU.