Renata Flores inició su carrera en 1964 como cantante de rock and roll. Sus canciones más relevantes fueron «Mi novio Juan» (versión en español de My Boyfriend’s Back) y posteriormente «Mi novio esquimal» (que era versión de My Boy Lollipop). Tuvo participaciones regulares en un programa llamado ‘Orfeón à-Go Gó’ bailando ritmos modernos.
Al mismo tiempo, tomaba clases de actuación con Seki Sano –el acting coach más célebre en aquella época– y participó en obras de teatro experimental como “A puerta cerrada” de Sartre y dirigida por el famoso Alfredo Gurrola.
Renata Flores incursionó en la televisión en los melodramas “Gente sin historia” de 1967 y “Juventud, divino tesoro” de 1968. En amabas telenovelas interpretó a villanas juveniles.

Por su estatura –casi 1.80 metros–, rasgos angulosos y voz grave, productores, especialmente Valentín Pimstein, la consideraban un amuleto de la buena suerte y le ofrecían papeles de villana.
En 1982 tuvo su primer rol memorable: la señorita Irene, la institutriz seca de “Chispita”, la primera telenovela que protagonizó Lucero. El personaje estaba inspirado en la célebre Fräulein Rottenmeier, de la famosa novela infantil “Heidi”, y su aspecto severo.
En 1987, alcanzó su mayor popularidad cuando interpretó al ama de llaves de la familia Linares, Leopoldina. Personaje de la exitosa telenovela “Rosa Salvaje” estelarizada por Verónica Castro.
“Mi querida Isabel”, “La usurpadora”, y “Rosalinda”, “Carita de ángel”, “¡Vivan los niños!”, “Rebelde” y “Lola, érase una vez” se suman a su trayectoria.