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sábado, mayo 3, 2025

Mi deseo para usted

Espero que, en este año que viene, cometa errores. Porque si está cometiendo errores, significa que está creando cosas nuevas, intentando cosas nuevas, aprendiendo, viviendo, desafiándose, cambiando, cambiando su mundo.

Está haciendo cosas que nunca había hecho antes y, lo más importante, está haciendo algo. Ese es mi deseo para usted, para todos nosotros y para mí también: cometa nuevos errores.

Errores valiosos, inesperados, incluso hermosos. Errores que nunca nadie haya cometido antes. No se detenga, no se paralice, no permita que el miedo a no ser lo suficientemente bueno o perfecto lo frene, ya sea en el amor, el trabajo, la familia o cualquier aspecto de la vida. Sea lo que sea lo que le asuste hacer, hágalo.

Comparto este mensaje desde lo más personal.

Hace años, mis sueños me parecían inalcanzables, demasiado grandes para mí. Nunca pensé que llegaría a lograr algunas de las cosas que he conseguido.

Pero no fue fácil. Hubo momentos en los que pasé terribles vergüenzas, en los que alguna gente se rio de mí, tanto de frente como a mis espaldas, hubo momentos que tuve que tomar riesgos con consecuencias muy malas si llegaba a equivocarme.

He fallado más veces de las que quisiera recordar, pero cada intento me ha llevado un paso más lejos de donde estaba y eso es lo que importa. La vida no es sencilla.

Nadie tiene garantizado que todo salga bien cada vez que lo intente. Pero si algo he aprendido, es que hay que seguir intentando, incluso con miedo, incluso cuando no parece perfecto.

Los errores son parte del camino, un recordatorio de que estamos vivos, avanzando y dejando huella. Así que le invito a hacer lo mismo. Atrévase a soñar, a fallar, a reírse de sus caídas y a aprender de ellas.

Porque es allí, en esos intentos imperfectos, donde se encuentra lo mejor de la vida.

Vivimos en una sociedad que castiga los errores con severidad. Desde la escuela nos enseñan que equivocarnos es motivo de vergüenza, que solo quienes obtienen resultados perfectos son dignos de reconocimiento.

Este miedo al error se convierte en una barrera invisible pero poderosa que nos paraliza. Nos hace dudar de nuestras ideas, renunciar a nuestras aspiraciones y conformarnos con la seguridad de lo conocido.

Pero, ¿a qué costo? El miedo al error nos roba oportunidades. Nos quita la posibilidad de descubrir de lo que realmente somos capaces, de explorar caminos nuevos y de construir algo único.

Muchas veces no es el error en sí lo que más duele, sino la percepción de haber “fallado” ante los ojos de los demás.

Sin embargo, cuando entendemos que el error es una parte natural y necesaria del
aprendizaje, dejamos de verlo como un enemigo y lo aceptamos como un maestro.

En mi caso, el camino no ha sido fácil. Durante años, hice muchas cosas que no daban resultados inmediatos, cosas que la gente no entendía. Incluso me llamaron “soñador” en tono despectivo, como si soñar fuera algo negativo.

Pero nunca dejé de confiar en lo que hacía. Mis ideas no siempre fueron bien recibidas; a veces fracasaron rotundamente, pero cada intento me acercó más a mis metas.

Hoy, las cosas que hago tienen un impacto que nunca imaginé. Lo que antes parecía absurdo para algunos, ahora inspira a otros.

Esa transformación no ocurrió porque todo salió bien desde el principio, sino porque me permití equivocarme, aprender y seguir adelante. Y sigo en ese proceso.

Todavía tengo sueños por alcanzar, y aún enfrento retos que me asustan, pero confío en lo que estoy construyendo.

Ahora le pregunto a usted: ¿Qué haría si no tuviera miedo de equivocarse? Quizás esa idea que guarda en silencio es lo que podría cambiar su vida.

Quizás esa decisión que no ha tomado es la que lo llevará un paso más cerca de sus metas. Atrévase. Comience, incluso si no se siente listo.

No espere a que las condiciones sean perfectas, porque probablemente nunca lo serán. El error no es el final; es el inicio de algo nuevo.

Cada tropiezo es una lección, cada falla es una oportunidad para ajustar el rumbo.

Mientras persista, mientras no se rinda, estará avanzando.

Así que este año, permítase soñar y fallar. Permítase intentar, aprender y crecer. Porque lo que define su vida no son sus errores, sino lo que hace con ellos.

Gracias por permitirme compartir esto con usted. Nos vemos el próximo año, llenos de sueños y dispuestos a equivocarnos para llegar más lejos. Cometa errores, el próximo año y siempre.

Gracias por leerme.

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