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miércoles, mayo 7, 2025

Matriarcados

Se entiende como familias en la que las mujeres tienen el don de mando.

Entonces son ellas las que están a cargo de las decisiones más importantes, las principales o únicas proveedoras tal vez, las que deciden la manera de criar a los niños y las reglas en casa.

Como en cualquier organización en la que existe un solo poder, las cosas pueden ser difíciles aquí, sobre todo para los hombres involucrados; abuelos, padres, esposos e hijos que no tienen voz ni voto en este sistema familiar.

Esto cuando los hay, porque por lo general se trata de mujeres que por una u otra razón se han encontrado solas en la tarea de hacerse cargo de una familia.

La semana pasada uno de los matriarcados más famosos en el mundo de los espectáculos, perdió a su matriarca mayor:

Silvia Pinal, quien fue mundialmente reconocida en la época dorada del cine mexicano donde dejó una huella indeleble por su arduo, hermoso e incomparable trabajo (puedo recomendar tantos, pero ahora mismo sería “El inocente” con el gran Pedro Infante).

Sus incursiones en ese mundo, así como su incansable labor en el teatro, la producción, la conducción y la política, le dejaron innumerables éxitos y reconocimientos.

Luego su hija, la primera actriz Sylvia Pasquel siguió su propio camino resultando éste de muchas satisfacciones también.

Su otra hija Viridiana Alatriste hizo lo propio, así como Alejandra, también su nieta Stephanie Salas y ahora sus bisnietas Michelle y Camila.

Todas ellas se han destacado y siguen haciéndolo, en el mundo de la actuación, la música y la moda.

También todas ellas tienen una característica compartida; ninguna ha mantenido un matrimonio o relación de pareja por mucho tiempo, incluso siguen solteras y sin ninguna intención de dejar de serlo.

La Pinal mayor estuvo relacionada con algunos de los hombres más importantes de su tiempo; directores de cine, políticos y cantantes pasaron por su vida, sin quedarse.

Lo mismo ha sucedido con sus hijas y nietas. El camino de sus bisnietas está aún sin caminar, si siguen la misma ruta de sus abuelas, madres y tías o si rompen esa cadena, está todavía por verse.

Y es que como dije al principio, debe ser muy difícil para un hombre, sobre todo para
uno con carácter, acoplarse a esta cultura.

Algo muy similar sucede a las mujeres inquietas, rebeldes y dominantes; no encuentran su lugar en un patriarcado. Aquí entrarían mejor aquellas que fueron criadas para ser sumisas y obedientes.

Y bueno, uno podría preguntarse, y es que estas barbaries siguen existiendo en estos tiempos? Pues sí.

Todavía existen las familias donde las finanzas son controladas por los hombres, donde las mujeres todavía les planchan y acomodan su ropa de viaje y la que usarán el día siguiente.

Así como también existen las familias donde papá se parece más a un cuadro pintado en la pared, ya que su opinión en los asuntos más importantes no es de gran relevancia para nadie.

Y bueno, si las nuevas generaciones están listas para romper con estas costumbres que datan de tanto y tanto tiempo… está todavía por verse.

Emy James
Emy James
Emy James, psicóloga y Máster en Educación, escritora a nivel profesional. Trabaja en teatro y radio y es también docente.
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