Veracruz, México. A sus 78 años, Joaquina Mateo, una madre originaria de Veracruz, demostró que el amor de una madre no conoce límites.
Con bastón en mano, diabetes a cuestas y una determinación inquebrantable, enfrentó al sistema de justicia para liberar a su hijo William, un cerrajero que fue acusado injustamente de un triple homicidio ocurrido en 2023 en Altamira, Tamaulipas.
La historia de William comenzó como una pesadilla tras ser involucrado en un crimen que no cometió. Las verdaderas responsables, dos mujeres cercanas a una de las víctimas, lo utilizaron para encubrirse: lo contrataron para un servicio de cerrajería, le pagaron 200 pesos y le entregaron un celular, sin saber que este pertenecía a un menor asesinado en el mismo crimen. Esa fue la “evidencia” que llevó a su detención.
Desde entonces, su madre no se detuvo. Organizó plantones, bloqueos carreteros y protestas frente a oficinas gubernamentales. Fue llamada «vieja terca» por algunos, pero para muchos otros se convirtió en un símbolo de resistencia y amor materno.
“Sé lo que tengo, sé que mi hijo es inocente”, repetía Joaquina entre lágrimas durante sus protestas, mientras soportaba el desgaste físico y emocional de una lucha que parecía interminable.
Gracias a su incansable lucha y al trabajo de abogados independientes, la verdad salió a la luz: las verdaderas culpables confesaron y William fue exonerado de todos los cargos. Hoy, tras varios años de injusticia, William es un hombre libre, y Joaquina, una heroína que venció al sistema.
Su historia se ha convertido en un ejemplo de que la perseverancia puede derribar muros, y que el amor de una madre puede ser más fuerte que cualquier injusticia.