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jueves, julio 10, 2025

Los que odian, van a odiar

Por Irazema Ramos, Sicóloga.

Desde hace un tiempo se escucha la leyenda de un samurái capaz de vencer a cualquier adversario, pero, en sus últimos años, se dedicó a enseñar el budismo zen a los jóvenes.  Un día, un joven guerrero, conocido por utilizar la técnica de la provocación, su secreto de lucha consistía en esperar que el adversario hiciera su primer movimiento de ataque y de acuerdo con ello, gracias a su inteligencia privilegiada para captar errores, contraatacaba con velocidad fulminante. Este joven, jamás había perdido una batalla y conociendo la reputación del viejo samurái, estaba allí para derrotarlo y aumentar su fama. Los estudiantes de zen estaban en contra del duelo, por la desventaja en edad del anciano, pero él aceptó el desafío.

Encontrados en la plaza de la ciudad, el joven empezó a provocar al viejo para que este hiciera su primer movimiento: le gritó todos los insultos conocidos, le escupió la cara, ofendió a todos a sus ancestros. Hizo todo lo posible para sacarlo de sus casillas, pero el viejo permaneció impasible. Al final de la tarde, ya exhausto e impotente por no conseguir provocarlo, el joven guerrero se retiró, perdiendo así la batalla. Los alumnos decepcionados por el hecho de que su maestro aceptara tantos insultos, preguntaron: – Es cierto que gano el duelo, pero ¿por qué perdió así, su dignidad? ¿Por qué no usó su espada, en vez de mostrarse como un cobarde ante todos?

El viejo samurái repuso: – Si alguien se acerca a ti con un regalo y no lo aceptas, ¿de quién es el regalo?

–     Pues creo que, de quien intentó entregarlo, respondió uno de los discípulos.

– Pues lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos, añadió el maestro. Cuando no son aceptados, continúan perteneciendo a quien los carga. Porque muchas veces IGNORAR ES RESPONDER CON INTELIGENCIA, cada quien da lo que tiene, porque HATERS GONNA HATE. “Los que odian van a odiar”, independientemente de las razones que les demos, los argumentos que tengamos, el que tiene odio, va a odiar. Siempre encontraremos personas que se dedican a insultar, acosar, amenazar, molestar, etc., y ahora encontramos muchos más, ya que varios de ellos pueden esconderse detrás de un perfil falso en la red, para escupir todo el odio, teniendo una sensación de anonimato que los lleva a comportarse como, quizás, no lo harían usando su identidad.

Así que, si te enfrentas a este tipo de personas, recuerda que debes dominar las reacciones emotivas que tengas, intenta lo más que puedas en mantener la calma, no des paso a la impulsividad, no permitas que te provoquen un malestar gástrico, dolor de cabeza etc. Sin embargo, todo tiene un límite, no siempre debemos ignorar, sino que también defender nuestro derecho ante una injusticia. La indignación, al ver o experimentar la injusticia, despierta intensas reacciones emocionales que suelen volverse incontrolables en sí mismas y en el colectivo de las personas que le rodean, sin embargo, siempre, ante una situación que pueda ser analizada mejor, toma un tiempo para poder analizar si realmente debes responder y la forma en que debes hacerlo. Detente, despeja tu mente y al paso de unos minutos contesta ese correo, haz esa llamada, ten esa reunión, etc. No siempre es necesario y recomendable, responder a las cosas en el momento en que suceden. Haz lo mejor que puedas.

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