Todo lo que ha existido en el universo, todo lo que exista en el futuro.
Todas las enormes construcciones y los pequeños poemas, todos los grandes animales y los diminutos insectos.
Todos los libros jamás escritos, toda la música, todas las pinturas, todos los seres que han vivido y los que vendrán en el futuro cercano y lejano, todos al igual que usted y yo, algún día desapareceremos.
No sólo nuestra carne y huesos, también los átomos que nos forman, así como las obras que hayamos podido construir, la fama que hayamos alcanzado, todo al final dejará de existir, al igual que el universo, el cosmos entero también desaparecerá algún día, porque todo tiene un final.
Recientemente leí un pensamiento de alguien que está muy relacionado con lo que acabo de escribir: ¿Qué es lo único que no se puede recuperar en esta vida?
El tiempo, la respuesta es el tiempo. Cada uno de nosotros, cada cosa, tiene una duración determinada. Días para una abeja, años para un ser humano, más años para una tortuga y millones de años para una montaña.
Pero no hay plazo que no se venza y -algún día- el tiempo de cada cosa terminará.
Estamos hechos de tiempo, amarrados al tiempo, nuestra existencia se mide en tiempo, esa misma cosa que no se puede recuperar.
Entonces, ¿cuál es el uso que le damos al elemento más importante de nuestra vida, el tiempo?
Algunos lo gastan durmiendo gran parte de él. Otros en su celular con estúpidos jueguitos o en interminables conversaciones insignificantes, intrascendentes.
¿Qué hacer con el tiempo, cómo sacarle el mayor partido?… sobre todo porque no sabemos cuánto nos tiene reservado el destino.
Pensemos en un campesino, luchando contra su miseria, partiéndose la espalda y las manos mientras rompe la tierra con su azadón, en un trabajo de 7 días como es el de
la agricultura manual.
Y el día de trabajo de un oficinista, ocho horas que vive deseando pasen lo más rápido posible, que el tiempo no se sienta para guardar su computadora y salir libre.
¿Libre a qué? A cumplir sus obligaciones en casa o, sin deseo de llegar a ella, reuniéndose
con amigos para hablar del último partido y gastar un poco de ese valioso e irrecuperable tiempo.
Otros emplean casi todo su tiempo libre en gimnasios y ejercicios, cuidando el cuerpo, modelando si es posible, bueno para la autoestima y la salud.
Políticos planeando cómo conquistar el favor del público, médicos corriendo de paciente en paciente tratando de salvar vidas, conductores de bus luchando por cada pasajero con riesgo de la vida de los otros pasajeros.
¿Cómo empleamos el tiempo libre? ¿Hacemos cosas para “matar el tiempo”? Ojo, de nuevo le recuerdo que estamos hablando del elemento más valioso del universo.
Discusiones inútiles, programas de televisión estúpidos y repetitivos, películas sobre los cada vez más abundantes superhéroes.
¿Cuánto tiempo dedica usted al día a leer, incluyamos las noticias y hasta los comentarios deportivos sobre partidos que ya vio.
¿Una hora al día? ¿Eso dedica a leer? Una hora al día son 365 horas al año; uno puede aprender tanto sobre tantos temas en todo ese tiempo.
Pero, de verdad ¿lee una hora diaria? Le apuesto que no.
Le apuesto que muchas veces abre el periódico o el libro y el montón de letras sin ilustraciones le apartan, lo mandan frente al televisor o al celular.
Y pensar que en los libros está toda la sabiduría del mundo! Todos los datos, todas las historias, todos los cuentos, toda la información, todo el conocimiento acumulado de la humanidad, todo está en los libros.
¿No valdría más la pena dedicar esa hora de conversación inútil, de programas de televisión insulsos, de jueguitos de computadora, a leer, aprender algo, cualquier cosa?
Algunas personas tienen la oportunidad de estudiar en colegios y universidades, otras no. Tanto los primeros y, especialmente, los segundos sacarían gran partido al tiempo con esa hora de lectura diaria.
Creo que muy pocos realmente lo hacen, leer es una actividad que está desapareciendo lentamente ante la avalancha de video información (estúpida o valiosa) que cada aumenta exponencialmente.
No quiero decir que en “las redes” no haya información valiosa, tanto o más que en los libros, pero desgraciadamente a veces no es tan atractiva, no llama tanto la atención como el permanente ataque de “diversiones” que no logran otra cosa en nosotros que hacernos perder el tiempo.
Dije al principio que lo más valioso del mundo es gratis, ¿será por eso que lo desperdiciamos? Recuerde, el tiempo es la sustancia de la que está hecha la vida, es lo más valioso del Universo.