El Vaticano ha iniciado oficialmente los preparativos para un nuevo cónclave con la instalación de la tradicional chimenea en la Capilla Sixtina, uno de los pasos simbólicos más importantes en el proceso para la elección de un nuevo Papa.
La estructura, que asoma sobre el techo del recinto renacentista, será el conducto por el que se anunciará al mundo el resultado de las votaciones de los cardenales electores mediante la clásica fumata negra o blanca: negra si no hay consenso, blanca si se ha elegido un nuevo Pontífice.
Aunque aún no se ha hecho público el calendario exacto del cónclave, la instalación de la chimenea indica que el proceso está próximo a comenzar. Este acto marca una etapa crucial en los rituales previos que anteceden al encierro de los cardenales, quienes deliberarán en completo aislamiento hasta alcanzar los dos tercios necesarios para nombrar al sucesor de San Pedro.
La Capilla Sixtina, obra cumbre del Renacimiento decorada por Miguel Ángel, vuelve así a convertirse en el epicentro del mundo católico.
La instalación del sistema de humo se lleva a cabo con extremo cuidado para preservar tanto el valor arquitectónico del edificio como la solemnidad del momento.
Miles de fieles y medios de comunicación de todo el mundo ya están atentos a cada movimiento en la Santa Sede.
El humo que emerja de la chimenea será, como en siglos anteriores, el mensaje silencioso más esperado por millones de católicos.
Este acontecimiento revive uno de los rituales más antiguos y seguidos del catolicismo, donde tradición, simbolismo y expectativa se funden en una ceremonia única.
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