Redacción. El hígado graso, también conocido como esteatosis hepática, ocurre cuando este órgano acumula cantidades excesivas de grasa.
En sus primeras etapas, la enfermedad puede no presentar síntomas. Sin embargo, con el tiempo, puede evolucionar y provocar inflamación, fibrosis, cirrosis o incluso cáncer hepático.
Su detección es difícil, ya que los síntomas suelen aparecer cuando la condición ya está avanzada.
Según el portal MedlinePlus, el hígado graso es más común en personas con obesidad, diabetes tipo 2, prediabetes, hipertensión, colesterol elevado o resistencia a la insulina.
Actualmente no existe un tratamiento farmacológico específico para eliminar la grasa hepática. Por ello, los especialistas han empezado a explorar alternativas naturales, como la vitamina E.
Beneficia a adultos
La Clínica Mayo señala que esta vitamina podría beneficiar a adultos con hígado graso no diabéticos y sin daño hepático severo, gracias a su acción antioxidante, que ayuda a reducir la inflamación provocada por el exceso de grasa.
Una revisión Cochrane, publicada en febrero de 2024, respalda esta posible utilidad, aunque aclara que aún se necesitan más estudios para definir la dosis y duración adecuadas del tratamiento.
A pesar de sus beneficios potenciales, la vitamina E no es apta para todos. No se recomienda en personas con diabetes tipo 2, fibrosis avanzada o cirrosis. Además, el uso prolongado y en dosis altas podría aumentar levemente el riesgo de enfermedades cardíacas o de cáncer de próstata.
Su consumo excesivo también puede provocar efectos secundarios como malestar estomacal, diarrea, fatiga, cefalea o erupciones en la piel.
Esta vitamina se encuentra de forma natural en aceites vegetales (oliva, canola, girasol), frutos secos (almendras, avellanas, cacahuates), semillas, verduras de hoja verde (espinaca, acelga, brócoli), y algunos lácteos y cereales fortificados.
También existen suplementos en cápsulas o gotas, pero deben ser recetados por un profesional de la salud.
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Pese a las investigaciones en curso, los expertos coinciden en que la mejor forma de revertir el hígado graso es a través de cambios en el estilo de vida.
Esto incluye una pérdida de peso gradual, alimentación balanceada, ejercicio físico diario, control de factores de riesgo y evitar el consumo de alcohol.
Dado que el hígado graso suele avanzar sin síntomas, los médicos recomiendan realizar controles médicos periódicos, especialmente en personas con antecedentes o factores de riesgo.