Especialistas del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han lanzado una alerta sobre los efectos cada vez más severos del cambio climático en los océanos.
Entre los fenómenos destacados se encuentran la intensificación de huracanes, la expansión de zonas con mínimo oxígeno y eventos extremos como “El Niño Godzilla”.
María Luisa Machain Castillo, paleoceanógrafa del ICML, explicó que el evento de “El Niño Godzilla” ocurrido entre 2015 y 2016 fue excepcional por elevar la temperatura oceánica más de 2.5 °C por encima del promedio.
Este fenómeno favoreció la proliferación de microorganismos invasores en las costas de Mazatlán, desplazando temporalmente a especies locales de plancton fundamentales para la cadena alimenticia marina y afectando directamente a las pesquerías.
Según registros paleoceanográficos, fenómenos como El Niño existen desde el Cretácico, pero el calentamiento global está aumentando tanto su frecuencia como su magnitud.
Por su parte, David Alberto Salas de León, del Laboratorio de Oceanografía Física, advirtió sobre el incremento en la intensidad de huracanes en el Pacífico mexicano, alimentados por una “alberca de agua caliente” ubicada cerca del Istmo de Tehuantepec.
Esta acumulación de calor actúa como combustible para tormentas como el huracán Otis, que en 2023 pasó de tormenta tropical a categoría 5 en menos de 24 horas.
Aunque su impacto se concentra principalmente en los primeros 200 metros del océano, la interacción entre estas aguas cálidas y el cambio climático está generando fenómenos más potentes y menos previsibles.
Silvia Pajares Moreno, líder del Laboratorio de Ecología Microbiana Acuática, destacó los efectos de la desoxigenación marina, incluyendo el crecimiento de zonas muertas y áreas de mínimo oxígeno.
Aunque estas regiones representan menos del 8 % de la superficie oceánica, generan hasta el 50 % de la pérdida de nitrógeno marino en forma de óxido nitroso, un potente gas de efecto invernadero.
Pajares subrayó que el océano desempeña un papel fundamental en la regulación del clima global, al absorber dióxido de carbono y sostener la productividad marina mediante la “bomba biológica del carbono”.
No obstante, el calentamiento y la eutrofización están alterando estos procesos y afectando gravemente la biodiversidad.
Los expertos coincidieron en que los océanos enfrentan amenazas sin precedentes: aumento del nivel del mar, pérdida de arrecifes de coral, cambios en la biodiversidad, incremento de mareas rojas y deterioro de los ecosistemas marinos.
Estos impactos no solo afectan la vida marina, sino también a millones de personas que dependen de los océanos para su sustento, especialmente en sectores como la pesca y el turismo.
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