28.3 C
Honduras
lunes, julio 7, 2025

Es lunes, regálate un presente: tu presente

En el tema del lunes anterior, en nuestra consulta de Eureka, hablamos de revisar nuestras metas de este año y pensaba que, dentro de mis medidas de autocuidado, esta pasar momentos de contemplación en cada día, espacios de aquí y ahora, instantes en donde mi mente no corra más rápido que mis pasos, donde no importe lo que falta por hacer, sino lo que es. Pequeños instantes en los que no hago nada, solo estoy.

Porque he descubierto que el bienestar no solo y no siempre requiere grandes cambios, matriculas de gimnasio etc, sino la capacidad de detenerme y mirar. Es así como en medio de los correos pendientes, las sesiones agendadas, las responsabilidades familiares y el ruido invisible de lo urgente, caminar a mi perro Bruno, se ha convertido en un momento real del día.

Ahí no hay productividad ni metas, no hay pantallas ni expectativas. Solo hay pasos, aire, una presencia distinta, que me devuelve a mí. Esa caminata se ha convertido en una forma de contemplación activa, es mi corta rebelión frente a la velocidad que mantengo. Es un acto de autocuidado que no necesita filtro de Instagram ni hashtags motivacionales, que me recompensen con un like.

La psicología humanista ya hablaba de esto. Carl Rogers y Fritz Perls, desde su enfoque gestáltico, insistieron en la importancia de estar en el “aquí y ahora”. No como una idea romántica, sino como una condición necesaria para sanar, para conectar con uno mismo.

La mayoría de nuestros conflictos nacen, decían ellos; de estar atrapados entre el pasado que duele y el futuro que asusta. El presente, en cambio, pocas veces lo habitamos con conciencia y dejamos pasar ese regalo valioso de cada día.

Durante mucho tiempo hemos pensado que sacar de paseo a las mascotas, es porque ellos lo necesitan, porque después de todo necesitan moverse, olfatear, correr un poco etc, pero con el tiempo entendemos algo más profundo y silencioso: quien realmente necesita ese paseo somos nosotros.

Es por ello que en esta semana te invito a que puedas tú también puedas regalarte estos momentos, una taza de café sin prisa y sin estar viendo el celular, escuchar una canción como si fuera la primera vez, observar una abeja o mariposa entre las flores etc. Quiero que recuerdes que contemplar no es un lujo, es una necesidad que el cuerpo y el alma empiezan a reclamar cuando han estado mucho tiempo en automático.

Es ahí, en esos minutos de conciencia plena, donde se recupera claridad, donde se puede respirar sin exigencia, y donde se escucha lo que normalmente el ruido nos impide notar, esa voz interior.

Bruno me lleva allí, a regalarme ese presente, cuando me detengo porque él olfatea una planta, mi mente también se detiene. Cuando me obliga a esperar, sin celular en mano, empiezo a ver, cómo estoy yo.

Porque sí, a veces olvidamos preguntarnos cómo estamos. Ese corto momento me recuerda que el alma también necesita salir, estirarse, oler la vida. Que la mente se calma cuando el cuerpo camina y que cuidar de alguien, incluso de un perro, es una manera de aprender a cuidarse a uno mismo.

En un mundo que nos exige correr, producir y proyectar, hacer una pausa para habitar el presente no es pérdida de tiempo, es un acto de recuperación.

Recuperamos el cuerpo, la mente y la conexión con lo que somos más allá del hacer. Estar en el aquí y el ahora no significa evadir la realidad, sino abrazarla tal como es, con todo lo que trae. Es recordarnos que la vida sucede justo en este instante, no en lo que fue ni en lo que vendrá, es lunes, regálate un presente, tu presente.

Tienes algo por compartir con nosotros escríbenos a [email protected] o búscanos en Facebook, Irazema Ramos- Psicología

- Publicidad -spot_img

Más en Opinión: