Elon Musk, uno de los hombres más influyentes del mundo y aliado clave de Donald Trump en las primeras semanas de su segundo mandato, podría estar a punto de perder su posición dentro del Gobierno de Estados Unidos.
Según un informe de Político, el presidente ha compartido con su círculo cercano que Musk dejará de desempeñar un papel central en la transformación del sector público. La decisión se materializaría «en las próximas semanas».
El medio estadounidense cita a tres fuentes anónimas que aseguran que Trump está satisfecho con la labor de Musk al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), el organismo encargado de agilizar la burocracia y reducir la administración federal.
Sin embargo, ambos coincidirían en que el magnate debe alejarse de Washington y centrarse en sus empresas –Tesla, SpaceX, X, Neuralink, Starlink, entre otras-, adoptando un rol menos activo en el Gobierno.
Uno de los factores que habrían debilitado la posición de Musk en la Administración Trump es el reciente fracaso en las elecciones para el Tribunal Supremo de Wisconsin.
Musk invirtió millones de dólares y participó activamente en la campaña del candidato conservador Brad Schimel, organizando mítines e incluso ofreciendo incentivos financieros a los votantes que apoyaran a su candidato.
A pesar de sus esfuerzos, la candidata liberal Susan Crawford se impuso con una diferencia de diez puntos, en lo que se interpretó como un revés para la agenda de Trump y un reflejo del creciente malestar con la administración republicana.
La elección se convirtió en una especie de referéndum sobre el presidente y sus políticas, con Musk como una de las figuras más visibles del proceso.
Desde su llegada al Gobierno, Musk ha encabezado despidos masivos de funcionarios, la eliminación de agencias federales y ha protagonizado numerosas disputas legales para avanzar con las reformas.
Sin embargo, su ejecución ha sido caótica y ha generado una creciente ola de críticas dentro y fuera de la administración.
A la derrota en Wisconsin se suman resultados poco alentadores en Florida, donde los republicanos ganaron dos escaños en la Cámara de Representantes, pero con márgenes significativamente menores que en elecciones anteriores.
Aunque Trump celebró la victoria, la caída en el apoyo republicano es una señal de alerta.
En este contexto, la figura de Musk ha perdido popularidad y su continuidad en el Gobierno pende de un hilo.
Trump, enfrentado a una ola de descontento dentro de su propio partido, parece decidido a tomar medidas para estabilizar su administración. Y todo indica que Elon Musk será el gran sacrificado.
La opinión de Bill Gates sobre el rol de Elon Musk en el gobierno de Trump