En un gesto sin precedentes de cercanía y vulnerabilidad, el Rey Carlos III ha compartido públicamente su experiencia personal tras ser diagnosticado con cáncer, calificándola como “desalentadora” y “aterradora”, pero también como una vivencia que ha revelado “lo mejor de la humanidad”.
El monarca, de 76 años, se dirigió a una audiencia de pacientes, voluntarios y representantes de organizaciones comunitarias contra el cáncer, reunidos en el Palacio de Buckingham para rendir homenaje a su incansable labor.
En un mensaje escrito personalmente, describió con profunda emotividad su recorrido desde el diagnóstico hasta el tratamiento, afirmando que continúa recibiendo cuidados médicos mientras “vive con cáncer”.
“Cada diagnóstico es una experiencia desalentadora y a veces aterradora para quienes la enfrentan y sus seres queridos”, expresó Su Majestad.
“Como una de esas estadísticas, puedo asegurar que también puede ser una experiencia que pone de relieve lo mejor de la humanidad”.
Carlos III elogió el trabajo de las organizaciones benéficas, los profesionales de la salud, los investigadores y los voluntarios que acompañan a los pacientes en su lucha diaria, y ofreció un mensaje de esperanza a quienes atraviesan situaciones similares:
“Encontrar una vida que valga la pena disfrutar; tomar riesgos; amar profundamente; no tener remordimientos; y siempre, siempre tener esperanza rebelde”.
El evento contó con la presencia de la Reina Camila y la Duquesa de Gloucester, y reunió a importantes figuras que han vivido de cerca el cáncer, como la presentadora Adele Roberts, sobreviviente de la enfermedad; el actor Richard E.
Grant, cuya esposa falleció de cáncer de pulmón; y Ashley Cain, quien perdió a su hija bebé a causa del cáncer.
Uno de los momentos más emotivos de la velada fue el homenaje del Rey a la fallecida activista Dame Deborah James, conocida como “Bowel Babe”, quien falleció en 2022 tras una lucha pública y valiente contra un cáncer de intestino incurable.
“Su ejemplo es una inspiración para todos nosotros, en la enfermedad y en la salud”, escribió Carlos III, reconociendo la presencia de los padres de Dame Deborah en el evento.
El monarca también destacó la importancia del “contacto humano” en la atención a pacientes: desde la palabra reconfortante de una enfermera hasta el acompañamiento de un voluntario o el apoyo entre pares.
“Estos momentos de parentesco crean lo que podría llamar una ‘comunidad de cuidado’”, dijo.
El Rey, que ha sido notablemente más abierto sobre su condición médica que cualquier otro monarca británico en la historia, también destacó que su intención no es buscar compasión pública, sino “crear conciencia sobre la enfermedad y ofrecer consuelo a quienes la sufren en todas sus formas”.
La noche cerró con una presentación conmovedora del coro Watch the Change + Check, formado por 26 mujeres que viven o han vivido con cáncer de mama.
La actuación fue descrita por muchas de ellas como “un momento inolvidable” ante Sus Majestades.
Gemma Peters, directora ejecutiva de Macmillan Cancer Support, agradeció públicamente al Rey por su franqueza y apoyo constante.
“Ha inspirado a muchos otros a buscar apoyo y ha ayudado a derribar barreras en el acceso a la atención oncológica”, afirmó.
Con sus palabras, el Rey Carlos no solo compartió su batalla personal, sino que también se convirtió en una voz de esperanza y unidad para los miles que cada día enfrentan el cáncer en el Reino Unido.
“Un diagnóstico de cáncer nunca debería significar afrontar el futuro sin esperanza ni apoyo”, concluyó.