Ciudad del Vaticano. En un encendido y emotivo discurso ante representantes de las Iglesias orientales, el papa León XIV hizo un llamado urgente a la paz mundial y ofreció la mediación activa de la Santa Sede en los conflictos que desangran al planeta.
Desde el Aula Pablo VI, y ante miles de fieles provenientes de zonas marcadas por la guerra como Siria, Ucrania, Líbano e Irak, el pontífice exclamó: “¡Reunámonos, hablemos, negociemos!”
Ataviado con el solideo blanco y una estola dorada, el recién electo papa —Robert Francis Prevost, nacido en Chicago y con profundas raíces latinoamericanas— reafirmó el compromiso vaticano con la paz:
“La Santa Sede está en todo momento lista para ayudar a que los enemigos se acerquen, cara a cara, y hablen, de manera que los pueblos puedan recuperar la esperanza y la dignidad que merecen, la dignidad de la paz.”
Con estas palabras, León XIV no solo reiteró la postura pacifista de sus predecesores, sino que se mostró dispuesto a implicarse personalmente en los procesos de reconciliación internacional:
“Por mi parte, haré todo el esfuerzo necesario para que prevalezca la paz.”
Una Iglesia como mediadora activa
El papa fue enfático al rechazar visiones simplistas y maniqueas de los conflictos:
“Nuestros vecinos no son primero nuestros enemigos, sino otros hombres y mujeres con quienes podemos hablar.”
En línea con esta visión, exhortó a erradicar las divisiones entre “buenos y malos” y llamó a ver a los otros como interlocutores posibles.
Además, destacó la resiliencia de los cristianos en zonas de guerra, especialmente en Medio Oriente, quienes “resisten en silencio, oración y sacrificio” y defendió su derecho a permanecer en su tierra natal.
Como colofón de su mensaje, sentenció: “El mundo necesita retomar el diálogo antes que los misiles.”
Continuidad con Francisco, énfasis en la acción
El pontificado de León XIV se inscribe en la senda marcada por Francisco, quien insistía en la denuncia del “pecado de la guerra”.
Pero el nuevo papa va más allá: complementa la esperanza con acción. Mientras Francisco pedía la paz, León XIV promete hacer “todo el esfuerzo necesario” para alcanzarla.
Ya ha iniciado conversaciones con líderes internacionales, incluyendo al presidente ucraniano Volodímir Zelenskiy, y ha ofrecido el Vaticano como sede neutral para negociaciones. Este enfoque refleja su trayectoria como diplomático y hombre de consenso.
Un legado diplomático con historia
El Vaticano no es nuevo en la diplomacia de paz. El caso más recordado es la mediación en la crisis del Canal del Beagle (1978), cuando el papa Juan Pablo II, mediante el cardenal Antonio Samoré, evitó una guerra entre Chile y Argentina y facilitó un tratado de paz en 1984.
Más recientemente, en 2022, el papa Francisco ofreció mediar en el conflicto ruso-ucraniano, propuesta que fue recibida positivamente por Moscú, aunque sin resultados concretos.
Hoy, el Papa León XIV se posiciona como heredero de esa tradición diplomática: sin poder militar ni intereses territoriales, el Vaticano ejerce una influencia moral global, ofreciendo sus salones como espacio para el diálogo.
Conflictos en el foco papal
Durante su intervención, León XIV mencionó expresamente varios conflictos armados activos:
Ucrania: Tras la invasión rusa de 2022, más de 12 millones de personas necesitan ayuda. El papa pidió una paz auténtica y duradera.
Siria: Tras 13 años de guerra civil, el país enfrenta una crisis humanitaria profunda. León XIV incluyó a Siria en su llamado a cesar la violencia.
Gaza: Tras la devastadora guerra entre Israel y Hamás (2023–2025), pidió un alto el fuego permanente, la liberación de rehenes y el fin del sufrimiento civil.
Tigré (Etiopía): Aunque se firmó la paz en 2022, persisten tensiones. León XIV denunció la violencia en Etiopía y pidió más esfuerzos internacionales.
Cáucaso: Tras la ocupación de Nagorno-Karabaj por Azerbaiyán, el papa apoyó el reciente acuerdo de paz con Armenia y pidió fortalecer la diplomacia.