Días antes de su fallecimiento el pasado 21 de abril, el papa Francisco dejó en manos de sus colaboradores un deseo profundamente humanitario: que uno de los papamóviles, emblema de su cercanía con los fieles.
Pidió que fuera destinado a aliviar el sufrimiento de los civiles en la Franja de Gaza, en particular de los niños, principales víctimas del conflicto armado.
Este deseo ya se ha concretado. El papamóvil fue entregado a Cáritas de Jerusalén, según informó el Servicio de Información Religiosa (SIR) de la Conferencia Episcopal Italiana.
La organización católica utilizará el vehículo para labores de asistencia en el enclave palestino, en medio de una de las crisis humanitarias más graves de la región en las últimas décadas.
Según SIR, se trata de un “gesto concreto de solidaridad y esperanza en medio del dolor”, con el que el pontífice buscó enviar un mensaje de consuelo y presencia espiritual a quienes han perdido todo a causa de la violencia.
Aunque simbólico, el vehículo representa la intención del papa Francisco de mantenerse cercano a los más vulnerables hasta el final de sus días.
Durante su pontificado, fue reiterado su llamado a la paz en Medio Oriente, así como su insistencia en que la Iglesia no puede quedarse al margen del sufrimiento humano.
Desde Cáritas de Jerusalén agradecieron el gesto y aseguraron que el papamóvil será adaptado y utilizado para transportar ayuda, brindar apoyo a familias desplazadas y realizar visitas humanitarias en áreas afectadas por el conflicto.
El vehículo será operado por un conductor y médicos. En su interior se encuentran equipos de diagnóstico, examen y tratamiento, incluidas pruebas rápidas para infecciones, kits de sutura, jeringas y agujas, suministros de oxígeno, vacunas y un refrigerador para medicamentos.
Este acto se suma a otros esfuerzos del Vaticano en favor de una salida pacífica al conflicto entre Israel y Palestina, y deja un legado de compasión que trasciende la muerte del pontífice argentino.
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