París, EFE. Un sillón y una cómoda con decoraciones de nácar que pertenecieron a María Antonieta fueron adjudicados ayer por 906,000 euros y 942,000 euros, respectivamente, en la casa de subastas Christie’s de París.
Revolución Francesa
Estos dos muebles formaban parte de una colección excepcional de esta reina, ejecutada durante la Revolución Francesa (1755-1793), que encargó para decorar sus aposentos.
Las piezas vendidas destacan por su excelente estado de conservación, incluso 250 años después de su adquisición por María Antonieta.
Esta subasta llega un año después de que Christie’s hubiera adjudicado un par de brazaletes de diamantes de María Antonieta, por el equivalente de más de 7.6 millones de euros.
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El sillón multiplicó su precio final en comparación con las estimaciones de partida, que estaban en una horquilla de entre 100,000 a 200,000 euros.
La cómoda, por su parte, se vendió dentro de las estimaciones profesionales, que se situaban entre 800,000 y 1.2 millones de euros.

Princesa archiduquesa de Austria
María Antonia Josefa Juana de Habsburgo-Lorena más conocida bajo el nombre de María Antonieta de Austria.
Fue una princesa archiduquesa de Austria y reina consorte de Francia y de Navarra.
Decimoquinta y penúltima hija de Francisco I del Sacro Imperio Romano Germánico y de la emperatriz María Teresa I de Austria.
Se casó en 1770, a los catorce años, con el entonces delfín y futuro Luis XVI de Francia, en un intento por estrechar los lazos entre dos dinastías hasta entonces enfrentadas.
Detestada por la corte francesa, donde la llamaban «l’autre-chienne» (una paranomasia en francés de las palabras «autrichienne», que significa «austriaca».
María Antonieta también se ganó gradualmente la antipatía del pueblo, que la acusaba de derrochadora, presumida y de influir a su marido en pro de los intereses austriacos.
No en vano se ganó los apelativos de «Madame Déficit» y «loba austriaca».
Tras la fuga de Varennes, a Luis XVI lo sacaron del poder, la monarquía abolida el 21 de septiembre de 1792 y la familia real encarcelada en la torre del Temple.
A María Antonieta la juzgaron nueve meses después de la ejecución de su marido, condenada por traición y guillotinada el 16 de octubre de 1793.
Tras su muerte, María Antonieta se convirtió en parte de la cultura popular y en una figura histórica importante.
Algunos académicos y estudiosos piensan que su comportamiento, considerado como frívolo y superficial, ayudó a aumentar la agitación durante el inicio de la Revolución francesa.
Sin embargo, otros historiadores alegan que ha sido injustamente retratada y que las opiniones hacia ella deberían ser más benévolas.