Una diseñadora hondureña ha encontrado una forma innovadora y sostenible de generar cambio social y ambiental: transforma la piel de pescado en cuero ecológico.
Este proceso, ha cambiado la vida de cientos de mujeres en las zonas costeras del país, que ahora se han empoderado creando piezas valiosas con la piel del pescado.
En entrevista para el segmento Planeta Tierra de Telemundo, la periodista Lilian Caballero conversó con Pili Luna, la visionaria detrás de esta iniciativa que está revolucionando la forma en que se aprovechan los desechos pesqueros.
“Cuando a mí me dicen basura, yo siento algo por dentro que quiero transformarlo y darle valor”, expresó Pili Luna.
Cada día, toneladas de piel de pescado terminaban en los basureros de las costas hondureñas. Pero esta emprendedora decidió cambiar esa realidad.
A través de un proceso artesanal y natural, ha logrado convertir ese desecho en un cuero alternativo y ecológico, sin químicos agresivos y con técnicas de curtido a base de plantas y flores locales.
“Nosotros cortamos la corteza del árbol para obtener el color, un tono natural y sostenible”, explican las mujeres que participan en el proceso.
En su taller, han nacido productos como zapatos, carteras, bisutería y accesorios hechos con piel de pescado. Además de su enfoque ecológico, esta iniciativa tiene un profundo impacto social: más de 500 mujeres han sido capacitadas para replicar el proceso y generar sus propios ingresos.
“Estamos cuidando el medio ambiente y generando oportunidades para emprender”, señaló Pili Luna.
El proceso de transformación dura más de 10 días e incluye limpieza, desgrasado, secado y curtido. Uno de los principales insumos es la tilapia, un pez de cultivo muy común en el país. Según expertos del sector, se producen 600 toneladas de tilapia semanalmente, de las cuales solo el 2% corresponde a piel, un recurso antes desechado y ahora convertido en materia prima de valor.
“El ciclo de vida de la tilapia es de nueve a diez meses, lo que nos da pieles más pequeñas, pero disponibles todo el año”, detalló Alejandro, un experto en acuicultura.
Cada pieza terminada representa más que un producto: es el reflejo del esfuerzo, la creatividad y la resiliencia de mujeres que hoy encuentran en el diseño sostenible una fuente de ingreso, dignidad y empoderamiento.
“Estamos marcando la diferencia, ayudando al planeta y ayudando a la gente”, concluyó Pili luna.