Redacción. Tras meses de creciente tensión y medidas unilaterales, Estados Unidos y China acordaron suspender su disputa comercial por un periodo de 90 días, en un paso que busca frenar el deterioro del comercio bilateral y calmar los mercados financieros.
El acuerdo, anunciado en Ginebra por el representante comercial estadounidense Jamieson Greer y el secretario del Tesoro, Scott Bessent, incluye una reducción significativa de los aranceles impuestos recientemente entre ambas potencias.
Durante la conferencia de prensa, Bessent destacó que “ninguna de las partes quiere una disociación” y calificó los altos aranceles aplicados hasta ahora como “el equivalente a un embargo”.
En ese sentido, ambas delegaciones coincidieron en la necesidad de mantener el comercio activo mientras se continúan las negociaciones.
El pacto establece que EE. UU. reducirá sus tarifas sobre productos chinos del 145 % al 30 %, mientras que China disminuirá las suyas del 125 % al 10 %.
Asimismo, se eliminará el 91 % de los aranceles existentes y se pausará otro 24 % durante el período de tregua.
El impacto inmediato del acuerdo fue evidente en los mercados financieros.
El índice S&P 500 subió un 2.6 %, el Dow Jones un 2 %, y el Hang Seng de Hong Kong repuntó cerca de un 3 %. También se registraron aumentos en las bolsas europeas.
Además, China se comprometió a suspender medidas restrictivas impuestas desde abril, como los controles sobre tierras raras y las restricciones a empresas estadounidenses.
Persisten desafíos
Expertos advierten que, aunque las tarifas bajaron, siguen siendo elevadas en comparación con los niveles anteriores al conflicto.
“Pasar de tarifas altísimas a simplemente altas, con incertidumbre sobre su futuro, seguirá afectando el comercio y la inversión”, afirmó el académico de Cornell, Eswar Prasad.
Por su parte, el economista Dani Rodrik señaló que estas tarifas siguen impactando negativamente a los consumidores estadounidenses.
China, a través de su Ministerio de Comercio, expresó que espera que Estados Unidos abandone las medidas unilaterales para lograr una relación comercial más estable.
La atención global ahora se enfoca en los próximos 90 días, un plazo clave en el que se espera que ambas naciones avancen hacia soluciones estructurales que puedan cimentar una paz comercial duradera.