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martes, abril 23, 2024

Ilusión de enamorados

Vaya tremendo fenómeno de la mente humana el hecho de enamorarse, donde algunos dicen que es el momento en que Dios infundió en un profundo sueño a Adán y le extrajo una parte de su cuerpo, cercano al corazón, la costilla, y de ahí formó a la mujer para después despertarle causándole sorpresa y embeleso. Sinceramente, ese adormecimiento es una comparación muy exacta de lo que nos sucede a los humanos cuando nos toca vivir esa experiencia. Pues precisamente ese es el mismo embeleso que causa el poder en los seguidores de los poderosos, solo que no son de corazón, sino que, de estómago, asunto gástrico, lo que motiva a tener un régimen establecido, algo así como ‘cosa nostra’ donde los estamentos jurídicos y manías sociales se confunden entre sí y más cuando se dice que las costumbres se convierten en leyes.

En función de lo anterior, de la venta de ilusiones con un pueblo que aún no sabe lo que desea debido a las mentiras constantes de los gobernantes que más que nada se dedican a cabildear dentro y fuera de nuestras fronteras y le han declarado la guerra al trabajo para sacar adelante a Honduras, simplemente se avizora una década de calamidad y esto se puede decir al obtener las conclusiones de las lecturas de los números que acaba de entregar el Banco Mundial y otros organismos semejantes. Sumado a eso, siendo objetivos, al ver esos mismos tanteos internos, que lo que se está haciendo es repartiendo un pastel con eso de la elección los magistrados de la Corte Suprema de Justicia (y esperamos con toda el alma equivocarnos) y lo que se obtendrá simplemente es “más de lo mismo”, no hay que hacerse ilusiones, como si de amor se tratase el asunto.

Según el Banco Mundial “los países emergentes y en desarrollo se enfrentan a un período de varios años de crecimiento lento impulsado por una pesada carga de la deuda y escasas inversiones; al mismo tiempo, el capital mundial es absorbido por las economías avanzadas que enfrentan niveles de deuda pública extremadamente altos y tasas de interés crecientes. El bajo nivel de crecimiento y de inversión empresarial agravará los retrocesos en materia de educación, salud, pobreza e infraestructura, que ya son devastadores, así como las crecientes demandas derivadas del cambio climático”.

No hay tales de maestros o médicos cubanos, no hay tales de “refundación”, ni esos países dizque socialistas que no tienen nada que ofrecer a Honduras. Eso no es más que retórica y lo único que puede sacar adelante a Honduras es el despertar de la conciencia, que el hondureño abra los ojos, no para pelear contra nadie, más bien debe levantarse para buscar la paz, para buscar la concordia, la unidad, y salir adelante de los atolladeros en que siempre nos meten los que llegan al poder (insistimos, nos rehusamos a llamarles ‘políticos’) los reemplazos de castas.

No quisiéramos parecer aves de mal agüero, pero, por los antecedentes, por las actuaciones presentes, por las dudas de legalidad y de legitimidad en la Junta Directiva del Congreso, por eso y muchas cosas más, creo que no podemos esperar mucho de la elección de magistrados en ciernes. Solo Dios sabe con qué intenciones llegarán, si acaso serán marionetas o de verdad llegarán los nuevos magistrados bien enamorados, sí, pero prendidos de Honduras, de la patria que les da ese privilegio.

Aunque siempre haya esperanza, no nos hagamos muchas ilusiones.

EditorialIlusión de enamorados

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