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viernes, abril 19, 2024

El diecinueve

Así se le enumera, desde la voz popular, al conglomerado de hondureños que vive en el extranjero, “departamento diecinueve”, y que, por misma voz de ellos, de manera general no son bien atendidos por el Estado de Honduras. Es fácil decir cosas, con la boca todo se arregla, pero sabemos que aun hoy, muchos sacrificados compatriotas se quejan de mala atención, no hay papeles certificados, no hay materiales para identificación y otros trámites. Una cuestión que debemos reconocer es que en realidad no solo somos los 9 millones y medio que vivimos en nuestro territorio ya que se estima que es aproximadamente un millón y medio de hondureños los que viven solo en Estados Unidos, según organizaciones sociales, es decir que en realidad ya somos 11 millones de habitantes, y no podemos estar mencionando la cifra de solo los que viven dentro del país, ya que lo que están afuera son los que prácticamente sostienen nuestra economía, sin ellos, esto se derrumba más rápido.

Y así es, el “departamento 19”, con un millón y medio de hondureños, está siendo mal atendido, nuestras representaciones siempre tienen las quejas de parsimonia o pachorra al atender a nuestros compatriotas y habría que ver cómo se elabora un método de retroalimentación, posiblemente para controlar la calidad y también la cantidad, en el servicio a ellos. No pueden andar por allí deambulando buscando salud, sin identificación, buscando trabajo sin documentos, eso es algo muy grave e incluso se puede catalogar hasta como un crimen ser tan negligentes.

Cuando se es funcionario público, inmediatamente con el trabajo conseguido y qué bueno que así sea, más bien pareciera se afanan de entrada, como cosa primordial, el botar los trapos viejos y se deshacen en hinojos en comprar trajes nuevos, perfumes caros, para ir a posar con los funcionarios de organizaciones, lo cual no es malo, pero se les olvida para qué en realidad están allí. La diplomacia es una carísima responsabilidad, se juegan muchas vidas debido a ello y se pueden salvar muchas más, pero con esa displicencia es algo muy terrible. No solo se trata de relaciones internacionales que a la fecha de hoy prácticamente es una ciencia con ingredientes y herramientas del Derecho, de los tratados, de los procedimientos administrativos, de leyes, de constituciones de países, de culturas y muchas cosas más y para eso hay que estar bien preparados, pero si se tiene el corazón envilecido e indiferente ante quienes necesitan de ese apoyo oportuno, de nada sirve, es gastar pólvora en zopilotes.

El sentido es que de manera enérgica se atienda esta exhortación ya que vale más una queja con una llamada telefónica con la queja de un compatriota que debe soportar esos malos gestos y carestías siendo más creíble que un discurso de cualquier diplomático en medio de alfombras y aire acondicionado rodeado de protocolos rimbombantes y lujos. La realidad solo la sabe quien la vive, y no una gráfica o un informe con datos falseados para quedar bien con el que está arriba.

Pónganse serios, ellos se merecen el mejor trato, su sacrificio no debe ser en vano, incluso se les debería otorgar alguna prebenda o estímulo para que puedan venir a ver a sus familias a Honduras, no los abandonen, hay que ser serios.

EditorialEl diecinueve

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