21.2 C
Honduras
sábado, abril 20, 2024

El envío a servir

Dentro de la psique humana es muy agradable sentir que a uno se le sirve. De ahí que el negocio de los servicios, como los hoteles, restaurantes y otros que tengan que ver con el turismo o de las cosas que nos facilitan de una manera agradable la vida y que encima de eso, la personas que nos entregan sus mejores gestos, aparte de ser pagadas, nos dará un masaje al ego y eso sí que le gusta al ser humano. En el caso que hoy nos ocupa no se trata de eso, más bien de adquirir la consciencia que somos enviados a servir a nuestro prójimo, no a servirnos de ellos.

Para tener ese privilegio de servir, porque en efecto así es, primero uno debe buscar la humildad, el abajarse desde las alturas del ego para gozar de ver a la familia o a la comunidad concreta, disfrutar de los frutos después de haberles entregado una buena gestión al servicio de todos. El prepararse para las oportunidades y las responsabilidades que nos da la vida nunca ha sido mis importante que ahora. Vivimos en una sociedad de cambios; la competencia intensa es parte de la vida; la función de esposo, padre, abuelo, provisor y protector es muy diferente de lo que era una generación atrás. La preparación no es una opción, es una obligación. El dicho antiguo de que los que viven en la ignorancia son más felices, ya no se aplica. La preparación precede a los hechos.

El servicio; muchos creen hoy en día que el servir a alguien es algo denigrante, humillante, y deshonroso, pero a la verdad el servicio, es un trabajo de honra, y de prestigio ante los ojos de Dios. Muchos quieren ser servidos, pero no el servir, y por eso ninguno en la Tierra quiere servir, sino que le sirvan, muchos quieren estar arriba, sin antes comenzar de abajo, y por eso vemos fracasos, y derrotas, por nunca aprender a humillarse y a servir, en todo caso, servir es una de las cosas que debemos aprender para poder crecer espiritualmente.

Esos deben ser los afanes del hondureño muy a pesar de lamentarnos de lo acontecido en las últimas horas con un funcionario que maltrató verbalmente a una subalterna. Allí se pueden rescatar dos cosas: en primer lugar, el hecho de aprender cómo no se hacen las cosas y en segundo término al reconocer públicamente el error cometido presentando las disculpas, aunque ya eso es otro tema.

Todos tenemos cualidades especiales que nos distinguen los unos de los otros. Podemos decir que estas cualidades son el reflejo de los atributos de Dios. A estas cualidades también se les llama talentos, dones. Estos dones y talentos son parte inherente de nuestro ser y nos forman, nos moldean en quienes somos como personas  y por ello debemos usar nuestros talentos y dones, poniéndolos al servicio del bien común y así desarrollar nuestro potencial como individuos. Podemos decir que estos dones deben servirnos para aunar fuerzas para contribuir al bienestar de la sociedad donde vivimos.

 

EditorialEl envío a servir

Hoy en Deportes