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sábado, abril 20, 2024

El combate a la extorsión

¡Al fin un plan antiextorsión! Hay que aplaudir y agradecer. Me alegra. Se tardaron un mundo, pero me alegra que al fin se pongan a hacer su trabajo.

Este delito, que viene de ya tiempo, no es culpa de este Gobierno, pero sí es su obligación combatirlo.

Esta industria criminal mueve L18,270 millones al año. Podríamos afirmar indignados que es la industria más exitosa del país. Y cómo no va a ser así si cada dos días un hondureño denuncia ser extorsionado y hay 206 mil familias sufriendo la cruel angustia de estar siendo extorsionadas.

Cuando aparece una nueva banda de malvivientes piden de entrada cantidades obscenas de dinero, por ejemplo, L100 mil de un solo.

En el rubro del transporte público, estos delincuentes golpean duro, con saña, con lujo de barbarie: han asesinado a 60 operarios y han atentado a poco más de 500 buses en lo que va de este año. En los últimos 10 años le han segado la vida a más de 600 hondureños entre motoristas, cobradores y propietarios.

Por eso, cuando las autoridades solicitan más de L1,000 millones todos al unísono decimos: dénselos. Es justo, es necesario, es urgente, ya que los desalmados de los gobiernos anteriores dejaron vacías las arcas del Tasón y, encima, “embargadas”.

Punto aparte, hay que solventar financieramente ese lío, como, por ejemplo, embolsando la deuda, pagarla con un préstamo y empezar de cero, porque la Tasa de Seguridad da en abundancia para acabar la delincuencia en un par de años. ¡Ah! Y también procesar a los delincuentes de cuello blanco que hicieron su agosto con el dinero que era para prevenir y combatir el delito.

El enemigo contra el cual se lucha es poderoso, multimillonario, organizado y depredador, y para contrarrestarlo se necesita mucho dinero.

Ahora bien, siendo un plan, tiene que ser muy sesudo y estar por escrito.

Reformas a las leyes son vitales: códigos Penal, Procesal Penal, de la Niñez.

Al delincuente feroz, malvado hay que reducirle la edad punible. Hay asesinos menores de edad que tienen que ser procesados y encerrados como adultos.

Las herramientas legales deben estar en el Código Procesal Penal para evitar nulidades en las investigaciones y los juicios, por lo tanto, hay que reformar los temas de allanamientos, capturas sin orden judicial, decomisos sin necesidad de ratificación judicial, extender los plazos del término para inquirir, de presentación para la audiencia de imputado, la audiencia inicial y para la prisión preventiva, en fin, si no se empieza por la ley todo lo demás es mentira.

En El Salvador hay una Ley contra el Crimen Organizado y las Pandillas desde hace más de 10 años y acá nada, y para los que aman a Bukele, es precisamente dicha Ley la que está utilizando actualmente.

Pareciera que nuestros políticos se beneficiaran del caos, de la delincuencia, hasta da la impresión que estuvieran asociados. Tengo ratos de no escuchar en sus campañas proselitistas el combate a las maras ni a los narcos. Hasta ellos les temen.

Volviendo al plan, por lo que he visto decenas y decenas de veces, las saturaciones de colonias y barrios, los toques de queda, los cercos no sirven de nada porque los extorsionistas y pandilleros delinquen afuera. En sus barrios, más bien, estarían bien cuidaditos por la autoridad pública y evitar las pegadas de bandas contrarias.

Lo que se necesita es inteligencia investigativa policial al más alto nivel, y allí, en ello, la comunidad es el mejor aliado. Lo importante en los barrios es ir las casas de los malhechores, sacarlos, procesarlos y que nunca salgan de la cárcel, y los habitantes de las zonas calientes saben dónde viven.

De allí parte la necesidad que el sistema de protección de testigos se modifique, mejore, dándoles la mejor de las protecciones, y también tenga fuerza coercitiva total, para que ningún testigo se fugue y, si lo hace o si miente, si cambia su versión de los hechos, pague con cárcel tal y como si fuera uno más de la banda criminal.

El tema es sumamente extenso, pero hay muchas experiencias en el mundo, buenas prácticas dignas de ser imitadas ante una plaga que está destruyendo el país.

Carlos Alvarenga, Abogado y MAE.
[email protected]

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