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Honduras
jueves, abril 25, 2024

BIEN COMUN: Techos agrícolas

Hace algunos días, en esta misma columna, propusimos una ley para incentivar la instalación de techos ecológicos en Honduras como un mecanismo complementario en la lucha contra el cambio climático, particularmente por los beneficios que generan este tipo de instalaciones que han demostrado ser muy eficaces en diferentes partes del mundo.

Como resultado de ese artículo algunos amigos nos hicieron llegar sus comentarios sobre el tema, muchos interesados en darle continuidad y otros un poco incrédulos por el tema de los costos. Uno de ellos nos dijo que la verdadera solución en cuanto al uso de los techos consistía en instalar paneles solares. Efectivamente, sobre ese tema también hemos escrito e inclusive comentamos las recientes reformas legales en Honduras que permitirán la instalación de contadores bidireccionales para que los usuarios auto-productores puedan alimentar las redes públicas con sus excedentes y recibir un pago por esa potencia. En todo caso, consideramos que estas dos opciones (los paneles solares y los techos verdes) no son mutuamente excluyentes y pueden coexistir aportando aún más beneficios ambientales y económicos.

Un buen ejemplo de esto lo encontramos en Israel, país pionero en la instalación de paneles solares para la generación de energía. Pues resulta que ese país ahora también es parte de un dinámico movimiento que impulsa el uso de techos verdes, excepto que en ese país han agregado la posibilidad de usarlos para producir alimentos. Es así como su Ministerio de Agricultura ha implementado y proporcionado apoyo técnico a las personas o empresas que desean instalar “techos verdes agrícolas y comunitarios como medio de promover la agricultura urbana y la resiliencia comunitaria”. Estos programas los han dividido en dos etapas, la primera enfocada en identificar techos con potencial para este tipo de instalaciones, trabajando de cerca con las autoridades locales para lograrlo. La segunda etapa consiste en planificar, construir y mantener los techos agrícolas, incluyendo el financiamiento necesario para ello.

Su gobierno ha determinado que aproximadamente un 90% de la población reside en zonas urbanas y que apenas el 2% de la población se dedica a la agricultura. Esto genera una desconexión entre la población urbana y las actividades agrarias. También lograron constatar que, a pesar de que en los últimos años se han instalado varios techos ecológicos, pocos se utilizan para fines agrícolas y se limitan a sembrar gramas o plantas ornamentales. En la ciudad de Haifa el esfuerzo resulta interesante pues se ha implementado un programa que es apoyado por la Universidad de Haifa a través de su Kadas Green Roofs Ecology Research Center, quienes instalaron el primer techo verde con un sistema hidropónico de cultivos en un edificio municipal y estarán instalando otro en el edificio principal de la alcaldía, sin perjuicio de otros que ya han identificado y que podrían construirse en el futuro, lo que les permitirá gozar de los beneficios ambientales, energéticos, humanos y demás generados por estos techos.

La administración de esa ciudad ya analiza cómo expandir estas instalaciones en todo Israel, organizando un proceso metódico para definir los incentivos, regulaciones, requisitos de ingeniería y aspectos legales pertinentes, para lo cual también han logrado el apoyo del Consejo Israelí de la Construcción Verde. Dentro de los aspectos a definir se incluye el tipo de cultivos, árboles o plantas que se pueden sembrar, si utilizar todo el techo o solo una parte, si se incorporarán áreas de descanso (bancas, sillas, etc.), la integración de sistemas fotovoltaicos y otras consideraciones constructivas y de mantenimiento. Al estudiar estas opciones es importante tener en cuenta las condiciones climáticas de cada región pues definitivamente no es lo mismo construir techos ecológicos en Israel, con un clima generalmente seco, que hacerlo en Honduras que es de naturaleza tropical.

Por supuesto, este tipo de iniciativa no es exclusiva de Israel pues existen muchísimos proyectos similares en el resto del mundo; lo importante es analizarlos, estar conscientes de sus múltiples beneficios e implementarlos en nuestro país para contribuir a un mejor ambiente y, en el caso de los techos agrícolas, para apoyar nuestra seguridad alimentaria. Por eso insistimos que una ley que incentive la construcción de techos verdes sigue siendo sumamente atrayente para nuestro país, especialmente para ciudades como San Pedro Sula donde las soluciones infraestructurales para controlar el exceso de aguas lluvias están lejos de materializarse.

Por: Rodolfo Dumas Castillo
[email protected]

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