Hace unos años, recibí una asesoría de parte de un consultor que me hablaba de las cosas que llaman la atención de la gente: las emociones, el morbo y la polémica –me decía–. Siendo así el caso, muchos de nuestros clientes, procuran manejar altos valores en su comunicación. Por lo que, en sus campañas, difícilmente podríamos abusar del morbo. Pero, ¿qué tal la polémica?
La polémica se nos ha convertido en entretenimiento, hoy en día. El deseo de generar ruido y estar presentes en las plataformas ha hecho que la gente viva creando polémicas, controversias, todo para generar atención.
Lo vemos en política. Cómo se insultan unos a otros, para después en eventos privados o familiares, comer en la misma mesa y conversar como si nada.
Lo vemos en las empresas, cuyas marcas o productos buscan avivar todo tipo de controversias, sea con sus campañas publicitarias o embajadores de marca, las cuales hacen lo que sea para estar en boca de todos.
Canales de televisión que viven del morbo y la controversia, para tener amarradas a sus audiencias y poder tener altos “ratings”. Para luego mostrárselos a los anunciantes, como logro, que, de una u otra forma, lo es.
Y lo que nos faltaba, el Mundial. El deporte, el fútbol que tanta alegría nos da. En este Mundial de Catar, hemos podido ver cómo mucha de la noticia se genera fuera de las canchas.
La noticia, ya no son los goles que se anotaron. Los pormenores que tuvieron para adaptarse a otra cultura, o bien, las tarjetas que el árbitro sacó o dejó de sacar. La polémica está viniendo de fuera de las canchas.
¡Porque lo consumimos! Que si usaron tal brazalete, que si se arrodillaron, que si se taparon la boca para la foto. Es decir, no son cosas que espontáneamente sucedieron y causaron polémica. Ahora de manera intencional se provocan.
Y no pienso limpiarme las manos de ello, pues uno mismo anda buscando esas noticias que causan revuelo. Pero ese es mi punto. ¡Nosotros mismos hemos creado ese monstruo!
Nos hemos vuelto insaciables. Nuestra mente no puede estar enfocada en las prioridades de nuestro día a día. ¡Tenemos que estar en todo! Porque todos hablarán de tal noticia y no me puedo quedar fuera.
En tiempos en que los medios y las autoridades buscan luchar contra las “fake news” o las noticias falsas, nosotros debemos poner nuestra cuota en ello también. Dejando de celebrar cuanta polémica la gente busca hacer, e intentar más bien, calmar las aguas.
Por vivir de polémica en polémica andamos de toque. Con los nervios alterados, pues, nuestras conversaciones ya no son de cosas de bien o constructivas, sino que comentamos la “polémica del momento”.
Es una pena, que este Mundial en su inicio esté arrojando tanto morbo. ¡Es una fiesta! Una fiesta destinada a unir la humanidad. Son 32 países que han competido duro para poder asistir a esta cita.
¡Nosotros como hondureños, desearíamos vernos allí! Escuchar nuestro himno, nuestros colores. A pesar de todo lo malo de la elección de una sede peculiar, ¡el fútbol es alegría!
Espero que una vez la competición vaya entrándose en etapa decisiva, pase a un segundo plano la controversia. Y vivamos la esencia del juego limpio, dentro y fuera de las canchas.
Yo mismo jugué potras en la calle cerca de mi casa, creyendo ser un mundialista. ¡No le quitemos eso a las niñas y niños que desean serlo! ¡Es una ilusión que se debe vivir cada 4 años! Mantengámoslo como una fiesta.
Enrique Zaldívar
2050 Comunicaciones
