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viernes, marzo 29, 2024

La estupidez, patrimonio de la humanidad

Por Otto Martín Wolf
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El predecible y folclórico presidente mexicano López Obrador sugirió en un discurso que el pueblo de Cuba sea declarado patrimonio de la humanidad, por la valiosa resistencia al bloqueo norteamericano.

Dejemos de lado el principio -precisamente de otro mexicano- de no intervención en los asuntos de otros Estados y que quiere decir en lenguaje popular que nadie tiene que meterse en lo que no le importa.

Yo pienso que, si acaso insiste en meterse, al presidente mexicano debería hacerlo para tratar de liberar a ese pueblo de la opresión del gobierno militar que heredó el poder de los Castro.

Analicemos realmente las causas, los efectos y la realidad actual de un bloqueo que le ha permitido a la clase gobernante cubana “bloquear” a su propio pueblo de libertad y de las más elementales comodidades como energía y hasta alimentos en muchos casos.

El bloqueo norteamericano a Cuba, sorprendentemente, se inició antes de la llegada de Fidel Castro al poder. Los Estados Unidos habían bloqueado la venta de armas al gobierno del dictador Fulgencio Batista, derrocado por Castro. Precisamente -y en parte debido a ese bloqueo- fue más fácil el triunfo de la revolución.

Posteriormente, cuando Castro empezó a nacionalizar las empresas norteamericanas que operaban en Cuba, sin ofrecer un pago compensatorio, aunque fuera a un largo plazo, el bloqueo tomó otro giro y se endureció.

Entendámonos: No eran las empresas extranjeras las que sostenían a Batista, lo hacían cubanos, el ejército, esbirros, chivatos y otros, todos cubanos.

Las dictaduras generalmente son sostenidas por los propios nacionales.

¿Que recibían sobornos?, posiblemente, pero eran cubanos los que se embolsaban el dinero y quienes permitían y hasta fomentaban la corrupción.

El capital invertido en Cuba por extranjeros les pertenecía a esos extranjeros y era una obligación pagarles lo nacionalizado.

¿Cuál era el deber del gobierno norteamericano? Desde luego que apoyar a sus empresarios, no podía ser diferente.

En el camino se bloqueó la compra de muchos productos cubanos, así como también la venta de artículos norteamericanos.

Si bien es cierto esas medidas significaban un duro golpe para la economía cubana, todo eso se inició hace más de medio siglo, cuando la mayoría de la actual población del mundo aún no había nacido.

También, en el camino, la economía mundial se globalizó, surgieron nuevos compradores y nuevos vendedores para toda clase de productos.

China, de ser un país miserable, se convirtió en una potencia industrial que importa enormes cantidades de materias primas y exporta muchísimos productos terminados, algunos de excelente calidad.

¿Por qué Cuba no ha aprovechado la enorme demanda global de materias primas incluyendo su tradicional producto número uno, el azúcar?

En primer lugar, porque la producción de azúcar cubana no alcanza ni siquiera para el consumo interno, ahora Cuba importa parte del azúcar que consume su gente.

Todo eso debido a que el gobierno revolucionario revolucionó la producción de azúcar a tal grado que nunca Cuba ha sido capaz de producir lo que lograba antes de la revolución.

Al revolucionar la economía, desapareció en incentivo personal para producir más, la gente gana lo mismo haya o no producción. La soñada zafra de 10 millones de toneladas jamás se logró (fue una constante promesa de Fidel), ahora Cuba produce apenas unas miserables 431 mil toneladas, que no son suficientes ni para el consumo interno, mucho menos para la exportación.

Cuba, ¡que era el primer productor de azúcar del mundo!

Los derivados de la industria azucarera se redujeron o desaparecieron, como es lógico, por la falta de materia prima.

En 1958, un año antes de la revolución, la última zafra fue de 5 millones de toneladas, más de diez veces lo que se produce ahora, sesenta años después.

Si Cuba produjera 10 o 15 millones de toneladas al año existe un mundo entero ávido de dulce -aparte de los Estados Unidos- a quién venderle.

Ese mercado estaría garantizado con China, Rusia y todas las naciones fuera de la influencia de los EUA, que ahora son muchas.

El verdadero bloqueo a la producción de azúcar cubana lo ha efectuado su propio gobierno.

Es más, Cuba no tiene petróleo, el azúcar podría servirles para fabricar combustibles y auto abastecerse tal y como hace Brasil, que convierte el azúcar en etanol, con el cual funcionan muchos automóviles y otras clases de máquinas.

¿Quién siembra la caña de azúcar en Brasil? La empresa privada, el gobierno se dedica solo a facilitar la producción y a cobrar impuestos.

El problema es que Cuba no se autoabastece de nada, casi todo tiene que importarlo, ese es el verdadero bloqueo, la incapacidad del gobierno para manejar la economía.

El bloqueo mental del gobierno cubano es la principal causa de sus problemas económicos. Al igual que los destruidos edificios de la Habana Vieja, sus cerebros están en ruinas, siguen pensando como hace sesenta años, el futuro los dejó atrás.

No se dan cuenta de que el dinero, las materias primas, los productos de consumo, todo eso es como el agua, siempre fluye, no hay nada que pueda detenerlos, excepto la falta de producción.

Después de 60 años de bloqueo ya Cuba tendría que haberlo superado, ¿no es cierto?

Una lección que debemos aprender todos es la de ser realistas; en un futuro previsible, los Estados Unidos seguirán siendo una importantísima potencia comercial, ningún paisito como Cuba o similares van a cambiar eso.

Si no puedes vencerlo, aprovecha las circunstancias irremediables, hazlo tu aliado.

¿Sabe cuántas ventas de comidas rápidas norteamericanas hay en China?

¡Miles! Hamburguesas, pollo frito, pizza, cafeterías, etc., todas las marcas famosas de los Estados Unidos venden igual -o más- en China que en su propio país.

China tiene un gobierno comunista y es el más importante rival de los Estados Unidos militar y económicamente, pero negocios son negocios.

¿Sabe cuál es el principal cliente de China?

¡Los Estados Unidos, desde luego!

El verdadero bloqueo de Cuba reside en su dirigencia, acostumbrada a un sistema único que no les ha funcionado desde hace sesenta años y que no les interesa o no saben cómo cambiar, padecen de un bloqueo mental difícil de levantar.

Dice López Obrador que hay que nombrar al pueblo cubano patrimonio de la humanidad… ¿por las privaciones que le ocasiona su propio gobierno?, ¿por la falta de libertad?

Eso verdaderamente es un insulto a la inteligencia del mundo y una burla al pobre pueblo cubano.

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