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jueves, marzo 28, 2024

MATALASCALLANDO: Cuando la peor guerra es la que no se hace

“Miren cómo una pequeña llama basta para incendiar un gran bosque.  También la lengua es un fuego: es un mundo de maldad puesto en nuestros miembros, que contamina todo el cuerpo, y encendida por el mismo infierno, hace arder todo el ciclo de la vida humana”.

De la carta del apóstol Santiago a las tribus de la Dispersión.

Ing. Carlos Mata
[email protected]  

Enfrascados, ahora de manera permanente, en una batalla cultural por el arrebato de unos pocos nada inteligentes, usted deberá ser consciente que aquí lo que tratamos son los temas más profundos de la mente.

Si meditamos un poco, lo que sucede actualmente con el lenguaje inclusivo y el tema de la duda de cómo llamar a la señora que nos gobierna (y a todas las que gobiernan que, por cierto, son todas, eso es patente), es muy simple, se le debe llamar “presidente”, terminando con “e”. Por eso, con su servidor siempre van a sentir algunos, de manera consistente, que se topó la piedra con el coyol, o la piocha con la turunca, así como de súbito, o de repente.

La batalla cultural está dada, lo que no sabía la muchachada es que encontrarían en estas páginas a su rival más acérrimo, como un inconveniente incidente, que creyeron que iban en pavimentada. Les va a pasar como en los tiempos cuando se jugaba Real España versus Olimpia y chocaban de frente el “Flaco” Hernández y “Güicho” Fúnez, pregunten a los mayores y verán de lo que les digo, pobre de aquel que estuviera cerca de ellos, podría hasta quedar inconsciente. Esa es la batalla que se está dando y lo peor del caso es que se debe vigilar a las nuevas generaciones, hablar con ellos, compartir con ellos e inculcarles de lo retorcidos que son esos agentes del averno, ese es el terreno de combate, esa es la guerra que se debe librar en contra de las influencias en el desarrollo de nuestros hijos y nietos y hasta bisnietos. Ellos, de otra manera, serán la carroña de esos cutes comedores de bazofia maloliente y hay que defenderlos.

Por tanta incertidumbre en el ambiente, uno debe ser valiente para decir la verdad, pero el pleito debe ser constantemente, dejando ir la munición cultural de modo permanente, porque a esos oscuros no les gusta la luz ni la gente transparente, y ya después que caigan en razón (que lo dudo) en vez de levantar muros, habremos de construir puentes, pero nunca seguirles la corriente, además de tener ojo avizor, o trastornan a la gente, se debe tener cuidado con esa serpiente y a aquellos que quieren la constituyente.

Para hacer un cierre, hincando bien el diente, quiero decirles que el participio activo del verbo atacar es atacante, el de salir saliente, el de cantar es cantante y el de existir es existente. Se ofrece que el sufijo cual es el del verbo ser es “ente”, que significa el que tiene la identidad definitiva el que es, por ello cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se añada a esto el sufijo “ente”, así que el que preside se llama presidente y nunca presidenta, independientemente del sexo masculino o femenino del que realiza la acción… Aclarada la guerra de hoy, deseo que la señora presidente tenga rotundos éxitos, ya que todos dependemos de ello, claramente…

 

 

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