Mirna Isabel Rivera
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Deleitar nuestros sentidos a través de la música ejecutada por la Orquesta Filarmónica de San Pedro Sula (OFSPS) es un verdadero privilegio. Su reportorio es de música seria o culta, que alimenta nuestro intelecto y espíritu; detrás de cada interpretación hay mucho estudio y disciplina.
Somos muy afortunados de que nuestra ciudad cuente con escuelas musicales como la Victoriano López, semillero de grandes concertistas que brillan en la OFSPS y en el mundo. Gracias al talento de estos jóvenes comprometidos en cuerpo y alma con este género, la ciudad tiene un rostro diferente, me atrevería a decir que está a la altura, musicalmente hablando, de cualquier ciudad del primer mundo.
El profesionalismo de sus 20 integrantes, dirigidos por un director artístico de talla mundial, Óscar David Barahona, quien tiene una brillante hoja de vida digna de dar a conocer a todos los hondureños, como se describe en el panfleto que se le entrega a cada asistente en los conciertos.
Barahona fue “ganador del Concurso de Dirección Orquestal de los Balcanes, al frente de la Orquesta Sinfónica de Belgrado, además de ser el primer centroamericano en dirigir en el Auditorio Nacional de Madrid. En el 2017 la Cámara Junior Internacional le nombra como uno de los diez jóvenes más influyentes de Honduras y en el 2019 la Revista Forbes lo reconoció como una de las mentes más creativas de Latinoamérica.”
Honduras cuenta solamente con dos orquestas filarmónicas, una está en la capital, Tegucigalpa y la otra en San Pedro Sula. Está comprobado que este tipo de manifestaciones musicales y artísticas contribuyen al desarrollo cultural e intelectual de sus ciudadanos.
En uno de los recientes conciertos de la OFSPS, denominado Soñadores, al cual asistí, tuve la oportunidad de observar cómo el auditorio del Centro Cultural Infantil estaba completamente lleno, la mayoría eran jóvenes, contrario a lo que podría creerse, los muchachos y muchachas asistentes aman esta música, no es para nada aburrida nos decían algunos con los que conversamos luego del concierto y esto fue evidente en el momento de escuchar los aplausos y los gritos de “¡Bravo!”
El pianista Egar Figueroa fue vitoreado y tuvo que complacer al público con otra interpretación, qué decir del joven tenor José Aguirre, el público quería que siguiera interpretando más melodías. En nuestra ciudad habitan más de 1 millón de personas hay diferentes gustos musicales, pero que la ciudad cuente con una orquesta filarmónica le da un sello distintivo, nos saca de la nota roja, de las malas noticias y nos pone a la vanguardia cultural.
En la medida que la OFSPS siga desarrollando conciertos en la ciudad, brinde apertura a solistas y otros artistas nacionales e internacionales, se está contribuyendo al desarrollo cultural de la ciudad.
Desde la reciente creación de la OFSPS en 2017, recibió apoyo de la Alcaldía Municipal, con el actual cambio de gobierno local, este ha sido retirado, esperamos que de manera momentánea mientras sanean las finanzas municipales, lo cual es entendible. En la actualidad, la OFSPS se sostiene con las ventas en taquilla (los propios músicos venden los boletos) y pocas empresas que los patrocinan.
Los sampedranos que vemos en la cultura una propuesta continua hacia a la construcción de la paz, apostamos por invertir en intangibles como la música, el deporte (incluyendo el ajedrez) y el arte. Sigamos impulsando la OFSPS acudamos a sus conciertos en el Centro Cultural Infantil, el sector privado también puede sumar con más patrocinios, sostengamos este proyecto por el bien de la comunidad.
