El ajo contiene cantidades significativas de algunos micronutrientes como el manganeso, la vitamina B6, la vitamina C y el selenio, y es bajo en calorías. Es rico en polifenoles y otras sustancias antioxidantes.
Los principales beneficios del ajo derivan de su riqueza en sustancias antioxidantes. Hay datos científicos que apoyan su uso. Se han demostrado ciertos beneficios para el control en las personas con hipertensión arterial, con hipercolesterolemia y con diabetes mellitus tipo 2.
El ajo tiene propiedades hipotensoras e hipolipemiantes, mejorando la circulación sanguínea y ayudando a personas con problemas de colesterol.
Para obtener estos beneficios, la Organización Mundial de la Salud (OMS) da las siguientes pautas: una dosis diaria de 2 a 5 g de ajo fresco (aproximadamente un diente de ajo), de 0,4 a 1,2 g de ajo en polvo seco, de 2 a 5 mg de aceite de ajo, de 300 a 1.000 mg de extracto de ajo, u otras formulaciones equivalentes de entre 2 y 5 mg de alicina. Siempre en el contexto de una alimentación de estilo mediterráneo y hábitos de vida saludables.
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