“San Pedro Sula es una ciudad barata, atractiva e increíble para vivir porque las calles son amplias y están bien diseñadas”, expresa el tico Mario Salas.
Él ha tenido la oportunidad de venir a esta bella urbe en varias ocasiones, en su mayoría sus viajes han sido por motivos de trabajo. Refiere que estuvo trabajando en EL PAÍS, instalando la quemadora de plancha (CTP por sus siglas en inglés).
Dice que en muchos medios escritos mencionan que la “Ciudad de los Zorzales” es muy peligrosa, sobre todo para los extranjeros; pero él manifiesta que no es cierto que haya tanta inseguridad en esta amplia y moderna ciudad.
“Recorro San Pedro Sula sin ningún problema. Además, la violencia es común en Centroamé- rica. En mi país, Costa Rica hay un promedio de 600 homicidios al año, pero es más valioso destacar lo bueno”, apuntó el simpático costarricense.
Él expresa que todos los hondurenos tienen que aprovechar lo positivo y no dejarse influenciar por las malas noticias
de las páginas de internet. “Lógicamente, si me meto a un lugar señalado como conflictivo tendré problemas. He visitado el Estadio Olímpico. He ido también a la montaña del Meren- dón y hasta he corrido por el Anillo Periférico. Hay muchas cosas bonitas que se deberían resaltar”.
Para este ingeniero electrónico, la Capital Industrial es un lugar muy apto para vivir porque también la considera una ciudad “barata y atractiva”.
Durante su estadía laboral de seis días, el ingeniero tico no ha dejado de darse su vuelta por las hermosas playas de Puerto Cortés, Tela y La Ceiba. Además, ha tenido la oportunidad de estar en Tegucigalpa.
Encantadas…

Mientras andaban con un grupo de amigos y familiares, un equipo periodístico de EL PAÍS encontró a unos visitantes estadounidenses recorriendo el mercado Guamilito.
Este lugar es un punto de parada obligatoria para los turistas,
quienes son envueltos por la variedad de artesanías típicas hechas de piedra, barro y cuero. Los comerciantes ofrecen diversidad de cuadros coloridos que atraen el alma de los extranjeros.
Alegres caminan por los pasillos y admiran las artesanías. Los excursionistas aprovechan para comprar llaveros, binchas, pulseras, navajas y hasta machetes para llevarlos a sus lugares de origen.
Un lugar atractivo

Libby Robinson en su visita por esta gran y única ciudad, declaró con un poco de dificultad para
pronunciar el español, que está contenta de estar aquí. “La gente es bien servicial y humanitaria”.
Recuerda que hace más de cuatro años conoció por primera vez San Pedro Sula y desde que llegó se enamoró de la ciudad.
“Es un lugar atractivo, tiene muchas cosas que ofrecernos. En lo personal no me da miedo andar aquí, aunque hay muchos amigos que me dicen que es peligroso, pero no creo eso”, dice Robinson, de 22 años.
Por su parte, su amiga Emma Lowery, también nacida en Estados Unidos, expresa que para ella los sampedranos son muy amables y hospitalarios.
“Nos agrada venir a este lugar de artesanías (Guamilito) y compramos muchas cosas de un dólar para regalarlas a nuestras familias”.
Cada año visitan esta ciudad para ayudar a través de brigadas médicas a los más necesitados.